Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Lo Curioso | Noticias de México | EL IMPARCIAL / Comida chatarra

Solo cinco días de comer comida chatarra bastan para alterar el control del apetito, según estudios

La investigación, realizada en Alemania, mostró que estos cambios persisten incluso tras volver a una dieta normal.

Solo cinco días de comer comida chatarra bastan para alterar el control del apetito, según estudios

CIUDAD DE MÉXICO.- La obesidad es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo y, según nuevas investigaciones, podría tener su origen en el cerebro. Un reciente estudio publicado en la revista Nature Metabolism y citado por El País reveló que el consumo de alimentos ultraprocesados puede alterar la función cerebral en tan solo cinco días. Este cambio afectaría la sensibilidad a la insulina, una hormona clave en la regulación del apetito y el metabolismo.

Impacto de la comida ultraprocesada en el cerebro: un posible origen de la obesidad

El trabajo fue liderado por el Centro Alemán para la Investigación de la Diabetes, junto con el Instituto de Investigación Helmholtz de Múnich y el Hospital Universitario de Tubinga. En el experimento participaron 29 hombres con peso normal, divididos en dos grupos: uno mantuvo su dieta habitual y el otro añadió 1,500 calorías diarias en forma de productos ultraprocesados durante cinco días. Los resultados fueron sorprendentes.

Quienes consumieron estos alimentos mostraron un aumento de grasa en el hígado y cambios en la zona del cerebro que regula la sensibilidad a la insulina. Lo más preocupante fue que, incluso después de volver a su alimentación normal, las alteraciones cerebrales persistieron. Esto sugiere que los efectos de la comida chatarra no son solo inmediatos, sino también duraderos.

Un cambio en el cerebro que afecta las decisiones alimenticias

La investigación también demostró que el sistema de recompensa del cerebro, responsable de regular nuestras decisiones frente a la comida, se ve afectado por estos productos. Stephanie Kullmann, autora principal del estudio, explicó a El País que este tipo de alteraciones podrían marcar el inicio tanto de la obesidad como de la diabetes tipo 2. En personas con obesidad, la insulina deja de funcionar adecuadamente, lo que impide frenar el apetito de forma natural.

La exposición a estos alimentos desde la infancia es otro motivo de preocupación. Ana Belén Crujeiras, investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS), comparó la comida chatarra con sustancias como el tabaco y el alcohol, debido a sus efectos negativos en la salud. Por ello, propone una regulación más estricta de su consumo, especialmente entre los más jóvenes.

Además, Irene Bretón, coordinadora del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, subrayó la necesidad de actuar rápidamente. Señaló que los cambios cerebrales ocurren en poco tiempo, por lo que es fundamental intervenir antes de que se instauren hábitos poco saludables. También explicó que, una vez que se gana peso, el cuerpo modifica sus mecanismos de regulación, dificultando la pérdida incluso con una buena alimentación.

Un problema global con grandes consecuencias

A nivel mundial, el panorama es preocupante. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en 2024, reveló que más de 2,500 millones de adultos tenían sobrepeso en 2022, de los cuales 890 millones eran obesos. La prevalencia de esta condición ha crecido desde 1990, alcanzando al 43% de los adultos, y en regiones como América, la cifra sube hasta el 67%.

El sobrepeso infantil también representa una crisis de salud pública. La OMS informó que afecta a 37 millones de niños menores de cinco años y a más de 390 millones de entre 5 y 19 años. Esta situación está relacionada con un desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto energético, y su impacto económico podría alcanzar los 3 billones de dólares anuales para 2030 si no se toman medidas.

También podría interesarte: No solo Ozempic: Estos son los nuevos medicamentos “contra la obesidad”

Frente a esta realidad, la OMS hace un llamado a aplicar políticas preventivas y a promover entornos saludables que faciliten decisiones alimenticias responsables. Aunque el estudio alemán tiene limitaciones por su tamaño reducido y el enfoque en hombres, sus hallazgos refuerzan la idea de que la obesidad no es solo una cuestión de voluntad, sino un problema complejo que involucra al cerebro y al entorno.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados