Las muertes por enfermedades cardíacas aumentan hasta un 86 % durante olas de calor compuestas, según un estudio
Un estudio revela que las olas de calor compuestas —aquellas que se extienden durante el día y la noche sin dar alivio— aumentan hasta un 86% el riesgo de muerte por enfermedades cardíacas.

CIUDAD DE MÉXICO.- Las olas de calor que no dan tregua ni de día ni de noche, conocidas como olas de calor compuestas, representan una amenaza más grave para la salud que las altas temperaturas en horarios específicos. Según un estudio publicado el 1 de abril en la Journal of the American College of Cardiology, este tipo de calor constante aumenta considerablemente el riesgo de muerte por enfermedades cardíacas.
Olas de calor compuestas, un riesgo mayor para el corazón
Investigadores encontraron que durante una ola de calor compuesta, las personas tienen un 86% más de probabilidades de morir por causas relacionadas con el corazón. En comparación, el riesgo es menor cuando el calor se presenta solo durante el día (19%) o solo durante la noche (16%). Estas cifras revelan que el problema no solo está en las temperaturas extremas, sino en la falta de alivio térmico durante las 24 horas.
“El concepto tradicional de ola de calor no alcanza a describir completamente los riesgos reales”, señaló el doctor Renjie Chen, profesor de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Fudan, en Shanghai. Esta observación subraya la necesidad de redefinir cómo se entiende y se responde ante este fenómeno climático.
Impacto cardíaco más severo con calor continuo
Para llegar a estas conclusiones, el equipo analizó más de 2.4 millones de muertes por enfermedades del corazón ocurridas en China entre 2013 y 2019. Cruzaron esa información con registros horarios de temperatura, lo que permitió identificar con precisión el vínculo entre calor extremo y mortalidad.
Durante una ola de calor compuesta, el riesgo de muerte cardíaca aumenta de forma constante, sin el descenso que suele observarse cuando el calor solo ocurre en el día o la noche. Las afecciones más comunes asociadas con estas muertes fueron paro cardíaco súbito, infarto agudo al miocardio (ataque cardiaco) e insuficiencia cardiaca.
Los datos son contundentes: el riesgo de morir por paro cardíaco súbito se incrementa 86% durante una ola compuesta, frente al 37% en olas nocturnas y 24% en las diurnas. De igual forma, las muertes por ataque cardíaco aumentan 88% con calor continuo, frente al 16% y 13% en olas nocturnas y diurnas, respectivamente.
Medidas urgentes ante un fenómeno en aumento
El estudio también reveló que la probabilidad de morir por insuficiencia cardíaca es 97% más alta durante una ola compuesta, una diferencia notable respecto al 24% de riesgo adicional en los otros tipos de calor. Estos hallazgos indican que el cuerpo humano enfrenta un estrés mucho mayor cuando no hay oportunidad de recuperación térmica, ni siquiera en la noche.
Los investigadores destacan la urgencia de implementar medidas de protección frente a estas olas de calor continuas. Entre las recomendaciones están la creación de refugios climatizados en zonas urbanas, y la mejora de los sistemas de ventilación o aire acondicionado en los hogares, especialmente para poblaciones vulnerables.
Finalmente, el equipo científico planea proyectar cuántas personas podrían morir por enfermedades cardíacas en diferentes escenarios de cambio climático. Estas estimaciones permitirán preparar políticas públicas más efectivas y alertar a los sistemas de salud ante el impacto creciente de las olas de calor compuestas.
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