¿Cuál es el origen de los nombres de los días de la semana?
La semana comenzaba con la Luna. ¿Por qué? Porque la Luna, más cercana y visible que cualquier otro astro, marcaba los ciclos de la vida con sus fases, pero esto no siempre fue así.

MÉXICO.-¿Alguna vez te has detenido a pensar por qué los días de la semana se llaman como se llaman? Lo curioso es que cada uno tiene un origen que se remonta a miles de años atrás, cuando los romanos asignaron a cada día el nombre de un planeta y el dios que lo representaba. Pero esto no lo hicieron al azar: cada día tenía su energía, su propósito y también su historia.
La semana comenzaba con la Luna. ¿Por qué? Porque la Luna, más cercana y visible que cualquier otro astro, marcaba los ciclos de la vida con sus fases: influía en las mareas, los cultivos, incluso en el cuerpo humano.
Para muchas culturas antiguas, ese movimiento visible la volvía ideal para comenzar un ciclo. Así, el lunes, o dies Lunae, era el inicio: un día con un aire de introspección y renovación, casi mágico. Sin embargo, esto no siempre fue así, de hecho, en algunas culturas, históricamente, el domingo (dies Solis, día del Sol) era considerado el primer día en muchas culturas antiguas, incluida la romana y la judeocristiana.
Después venía la fuerza del martes, día de Marte, el dios de la guerra. Representaba el impulso para actuar, avanzar, enfrentar. Un día con energía directa y poderosa. Luego, el miércoles se asociaba con Mercurio, el dios mensajero, ágil y astuto, protector de los comerciantes y viajeros. Un día para moverse, negociar, comunicar.
El jueves traía consigo el poder de Júpiter, el dios más importante del Olimpo. Gobernaba el cielo, lanzaba rayos y representaba autoridad y expansión. Pero en tierras germánicas, ese día se transformó en el día de Thor, otro dios del trueno. En inglés aún se nota: Thursday.
El viernes, en cambio, se suavizaba: es el día de Venus, diosa del amor, el placer y la belleza. En culturas nórdicas, su equivalente era Frigg, también ligada al amor y el hogar. No es coincidencia que ese día tenga una vibra más relajada, como si el cuerpo y el corazón empezaran a prepararse para el descanso.
El sábado pertenecía a Saturno, dios del tiempo y la agricultura. Era un día de pausa, de reflexión, de cosechar lo sembrado. Y finalmente, el domingo, que en la antigüedad era el día del Sol (dies Solis), fue resignificado con la llegada del cristianismo: se volvió el dies Dominicus, el “día del Señor”. Un día especial, espiritual, que cierra el ciclo semanal con cierta solemnidad.
Los siete días de la semana están ligados a los siete cuerpos celestes que los romanos veían a simple vista: el Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno. Siete astros, siete días. Cada uno con su propio carácter, su propio símbolo y su propia carga mítica. Con el tiempo, otras culturas adoptaron este esquema, pero ajustaron los nombres según sus propios dioses. Así fue como Tuesday viene de Tiw, Wednesday de Woden (Odín), Thursday de Thor y Friday de Frigg.
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