Bostezar podría ser más peligroso de lo que crees, advierten los expertos
Esta condición no solo afecta el rendimiento diario, sino que también representa un riesgo para la salud y la seguridad, al aumentar la posibilidad de accidentes y enfermedades crónicas.

CIUDAD DE MÉXICO.- Sentirse somnoliento durante el día, bostezar constantemente o necesitar varias tazas de café para mantenerse despierto en el trabajo no siempre es algo normal. Según una nueva declaración oficial de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM, por sus siglas en inglés), estos signos pueden indicar un déficit de sueño importante que pone en riesgo la salud y la seguridad física de las personas. El documento, respaldado por 25 organizaciones médicas, subraya que la somnolencia diurna excesiva es un problema de salud pública con consecuencias importantes.
Un problema más serio de lo que parece
El presidente de la AASM, el Dr. Eric Olson, explicó que la somnolencia puede provocar accidentes de tráfico, errores en el trabajo e incluso agravar enfermedades crónicas como la diabetes, la depresión, la hipertensión, la obesidad o los problemas cardíacos. De hecho, un tercio de los adultos en Estados Unidos reporta sentirse excesivamente cansado durante el día, lo que hace urgente detectar, evaluar y tratar este problema adecuadamente.
Con frecuencia, las señales de cansancio se minimizan. Quedarse dormido en una reunión aburrida o bostezar sin parar se ven como algo normal, pero en realidad podrían ser un llamado de atención del cuerpo. La especialista en medicina del sueño Kristen Knutson, de la Universidad Northwestern, advierte que una persona bien descansada no debería quedarse dormida, por más tediosa que sea la situación.
Efectos ocultos y peligrosos
Lo más preocupante es que el cuerpo puede engañar a la mente cuando se acumula la falta de sueño. La doctora Indira Gurubhagavatula, especialista en medicina del sueño en Penn Medicine, explicó que con la privación crónica del sueño, las personas suelen subestimar su nivel real de cansancio. Aunque se sientan capaces de seguir funcionando, en pruebas de memoria, coordinación o tiempo de reacción, cometen muchos errores.
Un fenómeno común en estos casos es el de las “microsiestas”: episodios en los que el cerebro se apaga durante unos segundos, sin que la persona lo note. Esto puede ser extremadamente peligroso al manejar o al operar maquinaria. Por eso, si alguien siente que podría quedarse dormido en el volante, lo más seguro es detenerse y descansar.
Las cifras son alarmantes. Se estima que unos 100,000 accidentes automovilísticos al año están relacionados con conductores somnolientos. El exceso de confianza en el propio estado de alerta, a pesar del cansancio acumulado, puede llevar a situaciones trágicas.
Cómo saber si es hora de actuar
Para detectar si la somnolencia es un problema serio, existen escalas como la de Epworth, que mide la probabilidad de quedarse dormido en distintas situaciones cotidianas, como ver televisión o leer en silencio. Una puntuación mayor a 10 en esta escala ya es considerada clínicamente significativa y amerita intervención médica.
Los síntomas graves de privación de sueño incluyen párpados caídos, sensación de vértigo, temblores en las manos, e incluso cambios de comportamiento como impulsividad o desinterés. Estos signos indican que el cuerpo ya está operando en un nivel de agotamiento extremo.
Además, hay factores adicionales que pueden contribuir a la somnolencia, como trastornos del sueño no diagnosticados —por ejemplo, apnea del sueño o insomnio—, dolores crónicos o efectos secundarios de medicamentos. En estos casos, se recomienda acudir con un especialista en sueño y revisar también los tratamientos actuales con el farmacéutico.
Malos hábitos que afectan el descanso
Más allá de causas médicas, ciertos hábitos también pueden alterar la calidad del sueño. Entre ellos están el consumo excesivo de cafeína, alcohol o marihuana, la falta de ejercicio, y un entorno inadecuado para dormir. Dormir en habitaciones con mucho ruido, muy frías o muy calientes puede dificultar que el cuerpo descanse bien.
Contrario a lo que muchas personas creen, el alcohol no mejora el sueño. Aunque ayuda a conciliar el sueño rápidamente, al ser metabolizado provoca que la persona se despierte a mitad de la noche. Lo mismo ocurre con el uso de marihuana, que disminuye la eficiencia del sueño y puede aumentar la sensación de cansancio al día siguiente.
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La doctora Gurubhagavatula recomienda hacer pequeños cambios en la rutina diaria, como reducir el consumo de sustancias antes de dormir y crear un ambiente cómodo y oscuro en la habitación. Estas acciones pueden marcar una gran diferencia en la calidad del descanso y, por tanto, en el bienestar general.
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