¿Cuánta agua debemos tomar realmente? El cuerpo necesita más que una fórmula universal
Beber suficiente agua es vital para el buen funcionamiento del cuerpo, pero no existe una cantidad universal que sirva para todos.

CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque el cuerpo humano puede pasar semanas sin comida, solo puede sobrevivir unos pocos días sin agua. Aun así, muchas personas desconocen cuánta agua deben beber para mantenerse saludables. Según Mayo Clinic, el agua representa entre el 50% y el 70% del peso corporal de un adulto y es esencial para el funcionamiento de todos los órganos y tejidos del cuerpo.
El agua: un elemento vital que no siempre entendemos
Además de hidratar, el agua ayuda a eliminar desechos, regula la temperatura corporal, lubrica las articulaciones y protege tejidos sensibles. Su falta, incluso en casos de deshidratación leve, puede provocar fatiga y malestar general. Pero sus efectos no son solo momentáneos: de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el agua es un nutriente indispensable cuya ausencia puede ser letal en pocos días.
Este mismo organismo advierte que una pérdida del 2% del peso corporal en líquidos puede reducir el rendimiento físico y alterar la regulación térmica. En atletas, la rehidratación es clave para revertir estos efectos y reducir el estrés oxidativo tras el ejercicio. Incluso en la vida diaria, la falta de agua puede afectar la memoria, la concentración y el estado de ánimo.
La edad y el entorno también influyen
En adultos mayores, la hidratación cobra aún más importancia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una adecuada ingesta de agua previene enfermedades crónicas, mejora la salud de la piel y mantiene la agudeza mental. También ayuda a evitar infecciones urinarias y cálculos renales. Sin embargo, con la edad, la sensación de sed disminuye, lo que incrementa el riesgo de hipohidratación.
La hidratación también interviene en la salud digestiva, al facilitar la digestión, la absorción de nutrientes y el tránsito intestinal. Pero, ¿cuánta agua se debe tomar realmente? La respuesta no es simple, ya que depende del clima, la actividad física, el sexo, la edad, la dieta y condiciones médicas particulares.
Diferentes instituciones ofrecen orientaciones distintas. Las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos estiman que los hombres deben consumir unos 3.7 litros de líquidos diarios, y las mujeres unos 2.7 litros, incluyendo el agua de alimentos y otras bebidas. En contraste, la OMS propone una ingesta diaria de entre 1.5 y 2 litros, ajustable según cada persona.
No hay una fórmula mágica para todos
La OMS sugiere un cálculo más individual: 35 mililitros de agua por cada kilo de peso. Por ejemplo, una persona de 60 kg debería consumir alrededor de 2.1 litros al día. Mientras tanto, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) también aporta sus referencias: entre 2 y 2.5 litros diarios para adultos, según el sexo.
Esto confirma que no existe una única recomendación universal. Por eso, muchos especialistas insisten en consultar a un médico para adaptar la hidratación a las necesidades personales. Enfermedades, el entorno, el ejercicio y hasta el tipo de alimentos que se consumen pueden influir en la cantidad ideal de agua.
Además, aunque la sed es un mecanismo útil, no siempre es suficiente. Personas en climas cálidos, quienes hacen ejercicio o tienen fiebre, vómito o diarrea, así como embarazadas o en lactancia, necesitan aumentar su consumo de líquidos. Entre las estrategias más prácticas están llevar una botella reutilizable, saborizar el agua con limón o beber en los momentos de comida.
¿Ocho vasos al día? Un mito muy extendido
Durante años, se ha repetido la idea de que se deben tomar ocho vasos de agua diarios. Sin embargo, esta recomendación no tiene respaldo científico firme. La doctora Margaret McCartney, médica generalista en Escocia, cuestionó esta creencia en una columna en The Guardian, calificándola como una “total insensatez”.
McCartney señaló que muchas de las campañas que promueven esta regla están financiadas por empresas embotelladoras de agua, lo que pone en duda su imparcialidad. A pesar de las promesas de que el agua mejora la piel, reduce el cansancio o ayuda a perder peso, la doctora aclara que no existen estudios concluyentes que respalden estos beneficios.
Su postura es compartida por el doctor Heinz Valtin, de la Dartmouth Medical School, quien en un artículo científico también desestimó esta regla de los ocho vasos, destacando que el cuerpo regula de forma eficiente el equilibrio hídrico a través de la sed y la excreción.
El cuerpo sabe lo que necesita
El NIH destaca que el cuerpo humano cuenta con mecanismos homeostáticos muy precisos para mantener el equilibrio de agua. La sed es una señal que se activa cuando realmente es necesario beber, y la excreción ajusta los niveles de líquidos de forma natural.
Beber sin tener sed, lo que se conoce como “ingesta no regulatoria”, puede llevar a un consumo innecesario de líquidos, especialmente si provienen de bebidas azucaradas o estimulantes. Aunque es importante prevenir la deshidratación, también lo es evitar los excesos.
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En resumen, mantenerse hidratado es esencial, pero no hay una cantidad fija que sirva para todos. Escuchar al cuerpo, consultar con un profesional de salud y adaptar el consumo de agua al estilo de vida, clima y condición física es la mejor forma de cuidar el bienestar sin caer en mitos.
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