Calambres musculares: qué revelan y cuándo hay que prestarles atención
Los calambres musculares son contracciones dolorosas y repentinas que afectan principalmente las piernas, especialmente durante o después del ejercicio.

CIUDAD DE MÉXICO.- La mayoría de las personas experimentará un calambre muscular alguna vez en la vida. Este dolor intenso, repentino y casi siempre inesperado puede parecer un simple espasmo sin importancia. Sin embargo, su frecuencia o intensidad podría indicar algo más que un malestar pasajero.
Un malestar común pero a veces engañoso
Los calambres son contracciones involuntarias y dolorosas que suelen afectar los músculos de las piernas, como las pantorrillas, los isquiotibiales o los cuádriceps. Estos episodios pueden ocurrir durante la actividad física, al terminar el ejercicio o incluso mientras se duerme, y aunque generalmente duran unos segundos o minutos, pueden llegar a ser incapacitantes.
Según el especialista Mohamed Najjar, del Jorja Healthcare Group, la mayoría de los calambres no representa un riesgo. No obstante, si se presentan con regularidad o afectan la vida diaria, es importante buscar atención médica. Así lo explicó en diálogo con el medio británico The Sun.
Prevención y primeros auxilios
El esfuerzo excesivo durante el ejercicio es la causa más habitual de los calambres, aunque también influyen factores como la deshidratación o el desequilibrio de electrolitos, en especial de potasio, sodio y magnesio. Por ello, Najjar recomienda mantener una buena hidratación y realizar estiramientos diarios para prevenir los espasmos nocturnos.
En caso de sufrir un calambre, estirar suavemente el músculo afectado y masajear la zona puede aliviar el dolor. Además, aplicar calor, por ejemplo con una ducha tibia, o usar frío con compresas o hielo puede ayudar a relajar la musculatura y disminuir la inflamación posterior. Si el dolor persiste, se puede recurrir a analgésicos de venta libre como el ibuprofeno.
Lewis Raiman, especialista en medicina deportiva acreditado por Doctify, destacó que los calambres nocturnos, sobre todo en las pantorrillas, son muy comunes en adultos mayores y en general no representan un peligro grave. Sin embargo, insiste en que un estiramiento pasivo diario antes de dormir puede reducir su frecuencia e intensidad.
Señales de alerta que no deben ignorarse
Aunque la mayoría de los calambres no requiere atención médica, hay síntomas asociados que sí merecen una evaluación. Raiman advirtió que la debilidad muscular, el entumecimiento, la fatiga constante, los cambios de peso inexplicables, la sed excesiva o la micción frecuente podrían ser señales de problemas médicos más serios como diabetes, enfermedades renales o trastornos neurológicos.
El Dr. Najjar también recomendó consultar a un médico si los calambres alteran el sueño, si van acompañados de hinchazón o entumecimiento en las piernas, o si duran más de diez minutos. En esos casos, podría tratarse de un problema subyacente que necesite diagnóstico y tratamiento especializado.
Mantenerse hidratado, reponer electrolitos, evitar el sobreesfuerzo físico y ajustar las rutinas de ejercicio son medidas importantes para prevenir los calambres y cuidar la salud muscular. Y aunque en la mayoría de los casos no representan una amenaza grave, estar atentos a las señales del cuerpo puede marcar una gran diferencia.
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