Descubre por qué “Fika” no es solo una pausa para el café, sino un ritual esencial en la vida sueca
Aunque podría parecer que tanto descanso afectaría el rendimiento, los datos dicen lo contrario.

En Suecia, tomar café no es simplemente un hábito, es casi una obligación social y laboral. Esta pausa diaria, conocida como fika, consiste en detenerse para compartir un café y algo dulce, como un pastel casero o un tradicional rollito de canela, mientras se conversa con amigos, colegas o familiares. Mucho más que una costumbre, la fika es vista como uno de los secretos de la productividad y el bienestar sueco.
Una tradición profundamente arraigada
La fika es tan importante en Suecia que muchas empresas, desde Malmö hasta Estocolmo, exigen a sus trabajadores hacer una pausa diaria para disfrutarla. Para los suecos, sentarse a tomar café no solo sirve para recargar energías, sino para fortalecer los lazos sociales dentro y fuera del trabajo.
Se trata de pasar tiempo con la gente, comiendo deliciosos platos caseros y tomando estupendo café. Es el equivalente a ir al bar en otros países”, explica Matts Johanson, fundador de la cadena de cafés Da Matteo en Gotemburgo.
Incluso gigantes como IKEA incluyen en su filosofía el valor de la fika: “Más que una pausa para el café, es un tiempo para compartir, conectar y relajarse. Algunas de las mejores ideas y decisiones ocurren durante la fika”, destacan en su sitio web.
Fika y productividad una combinación efectiva
Aunque podría parecer que tanto descanso afectaría el rendimiento, los datos dicen lo contrario. Según cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Suecia ocupa una sólida posición en los índices de productividad global. Sus vecinos noruegos, igualmente aficionados al café, están entre los más productivos del mundo, superando incluso a potencias como Estados Unidos y Japón.
Andreas Astrom, de la Cámara de Comercio de Estocolmo, señala que el estilo de gestión sueco, más horizontal y menos jerárquico, se ve reforzado por la fika: “Promueve la conversación entre empleados y directivos y facilita la toma de decisiones en conjunto”, comenta.
La fika conquista el mundo
Con el tiempo, la fika se ha globalizado. Lars Akerlund, empresario sueco, llevó el concepto a Nueva York en 2006 abriendo su primera cafetería FIKA cerca de Central Park. Su objetivo no era solo vender buen café, sino también cambiar la manera de vivir de los neoyorquinos, invitándolos a detenerse, disfrutar y relajarse durante unos minutos en su ajetreado día.
Australia también ha adoptado la tradición. En la soleada Manly Beach, en Sídney, el café Fika Swedish Kitchen introdujo a los australianos en esta costumbre, inicialmente confundidos pero cada vez más entusiasmados con la cultura escandinava.
Incluso en Londres, en el suburbio de Walthamstow, el concepto se expandió para convertirse en un estilo de vida con Bygga Bo, una tienda y cafetería que recrea el ambiente acogedor del fika sueco.
Un momento para reconectar
Tradicionalmente, un fika auténtico incluía hasta siete tipos diferentes de pasteles caseros, en una especie de “competencia” para ver quién horneaba el mejor. Hoy en día, la tradición se adapta a un ritmo de vida más rápido, pero conserva su esencia: tomarse el tiempo para disfrutar, conversar y reconectar.
Uno de los acompañamientos más emblemáticos es el rollito de canela, tan importante que en Suecia tiene su propio día de celebración: el 4 de octubre.
Además, marcas como IKEA promueven un fika consciente, apostando por cafés certificados que respetan prácticas agrícolas sostenibles, como su línea PÅTÅR, pensada para disfrutar del mejor sabor con impacto positivo.
Malin Ljungström, especialista en cafeteras de IKEA, resume perfectamente el espíritu de la fika: “El aroma del café es sinónimo de bienestar y sensación de hogar”.
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Adoptar la fika en tu vida
No importa dónde estés: reservar un momento para una fika puede transformar tu día. Ya sea en casa, en la oficina o en una cafetería, tómate unos minutos para disfrutar de un buen café, un pastel casero y, sobre todo, de una buena conversación.
Quizás ese pequeño descanso sea, como en Suecia, el secreto para una vida más productiva y feliz.
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