La invasión silenciosa de camellos en Australia y las soluciones insólitas que propone el país
Los camellos fueron introducidos en el siglo XIX para ayudar a los colonos británicos a explorar el vasto e inhóspito interior del país.

Australia alberga la mayor población de camellos salvajes del mundo, con cifras que oscilan entre varios cientos de miles y hasta un millón de ejemplares. Lejos de ser una simple rareza del desierto, estos animales de 450 kilos se han convertido en una amenaza directa para los ecosistemas, la infraestructura rural y las comunidades aborígenes. El problema es complejo, y las soluciones propuestas son tan variadas como sorprendentes: desde exportarlos como carne y leche hasta organizar carreras al estilo Fórmula 1.
Un legado del siglo XIX que se salió de control
Los camellos fueron introducidos en el siglo XIX para ayudar a los colonos británicos a explorar el vasto e inhóspito interior del país. Vinieron acompañados de conductores provenientes de Medio Oriente, India y Asia Central, conocidos genéricamente como “afganos”. Durante décadas, transportaron provisiones, materiales de construcción y hasta buscadores de oro. Pero con la llegada del automóvil y el ferrocarril, quedaron obsoletos. Se calcula que unos 10,000 camellos fueron liberados en el desierto en la década de 1930, dando origen a la población salvaje actual.
Un problema ecológico, económico y social
Los camellos salvajes consumen enormes cantidades de vegetación, compiten con el ganado y la fauna nativa, contaminan fuentes de agua y dañan infraestructura. En épocas de sequía, pueden recorrer largas distancias y beber hasta 200 litros de agua en un solo día, destrozando tuberías, bebederos y hasta unidades de aire acondicionado en busca de hidratación.
El rancho Prenti Downs, en Australia Occidental, es un ejemplo claro de este impacto. Su propietario, Jack Carmody, ha documentado en su canal de YouTube “Jack Out The Back” cómo elimina hasta 800 camellos al año con su rifle. Para él, es una tarea tan necesaria como desmalezar un huerto. Su contenido, aunque polémico, ha captado el interés de miles de seguidores.
La presión sobre los ganaderos es tal que en 2013, en la estación Curtin Springs, se recurrió a francotiradores en helicóptero para eliminar 1,700 camellos en apenas cuatro días. Sin embargo, ese programa federal de control solo duró cuatro años y no ha sido renovado, lo que ha dejado a las comunidades rurales solas ante el problema.
De plaga a oportunidad: leche, carne y carreras
Frente a la falta de una política pública sostenida, algunos emprendedores proponen transformar el problema en industria. Uno de ellos es Paddy McHugh, fundador de las Boulia Camel Races, que desde 1997 atraen a más de 4,000 visitantes anualmente. Sueña con una liga internacional que conecte Australia con Medio Oriente, donde los camellos de carreras pueden valer más de un millón de dólares.
Otros han apostado por la producción de leche de camella, rica en vitamina C y baja en lactosa. Aunque aún representa una fracción ínfima de la industria lechera australiana, granjas como Summer Land Camels o The Camel Milk Co. ya elaboran desde quesos y helados hasta cremas corporales y vodka de leche.
El sector cárnico también comienza a despegar. Australia produce apenas unas cientos de toneladas de carne de camello al año, muy por debajo de sus millones de toneladas de carne vacuna, pero la demanda internacional, especialmente desde el Medio Oriente y África, va en aumento. Empresas como Fettayleh Foods y Camel Export Australia están apostando por este nicho, y programas de televisión como Eat the Invaders ya promueven la idea de incluir hamburguesas de camello en la dieta australiana.
Una solución multifacética para un problema nacional
A pesar del potencial comercial, expertos advierten que ninguna solución por sí sola resolverá el problema. La reproducción de los camellos es lenta pero constante: una hembra puede parir cada dos años y vivir hasta cuatro décadas. Con la posibilidad de duplicar su población cada nueve años, se necesita una combinación de control poblacional, políticas públicas y aprovechamiento económico.
Te puede interesar: Cuando el Atlántico se desbordó: la historia del mayor diluvio en la Tierra que creó el mar Mediterráneo
Para algunos, como comunidades aborígenes y grupos defensores de animales, el sacrificio masivo de camellos resulta inaceptable. Proponen en su lugar un enfoque más ético, basado en el respeto por este animal resistente y versátil.
Mientras tanto, el dilema continúa: ¿convertir al camello en un villano a eliminar o en una oportunidad por aprovechar?
Con información de Natgeo.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí
Te recomendamos
Impactante: sacerdote describe cómo se vería Jesús en su forma humana y se vuelve viral en redes sociales
Pide anonimato autora de “Daddy’s Little Toy” tras ser arrestada por promover pedofilia con su libro erótico; “demasiado tarde”, responde la juez
Arrestan a autora australiana por su libro “Daddy’s Little Toy”; lectores la acusaron de promover pedofilia y abuso infantil
La millonaria cantidad que gana Bonnie Blue al mes, modelo de OnlyFans que se acostó con 1,000 hombres