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¿Qué modalidad de sueño es el mejor?

Hoy, dormir 8 horas es la regla, pero dependiendo de tu rutina diaria quizá el dormir en dos fases sea para ti

¿Qué modalidad de sueño es el mejor?

Despertarse en mitad de la noche continuamente, por al menos una semana, ameritaría un diagnóstico de insomnio y una receta de pastillas para dormir. Sin embargo, generaciones atrás, eso no conllevaba ningún motivo de alarma y mucho menos, intervención médica.

Y es que con la llegada de la revolución industrial, los patrones de sueño del ser humano cambiaron completamente, siendo más dictados por el reloj y la luz eléctrica que por la salida y puesta del Sol. Y es que durante etapas históricas como la Edad Media, es posible que la gente se acostara antes y, en lugar de unas rápidas y continuas ocho horas, y así disfrutara de un período de descanso más largo, que incluía dos sueños más cortos interrumpidos por un período de vigilia.

Aunque no todos concuerdan, según National Geographic, algunas investigaciones muestran que las comunidades de cazadores-recolectores podrían haber dormido de un tirón, bastante parecido a la manera en cómo lo hacemos ahora. También podrían indicar que las sesiones de sueño múltiples nunca fueron la norma en las sociedades de todo el mundo, ni siquiera antes de la Revolución Industrial.

Pero en nuestra realidad moderna, con electricidad —y mucho tiempo de pantalla— que alarga nuestras horas de vigilia y alarmas para acortar nuestro descanso, la mayoría de la gente intenta dormir de una sola vez. Así que algunos expertos debaten si el sueño intermitente es natural y los beneficios potenciales de los distintos patrones de sueño en la vida moderna.

¿Qué es el sueño polifásico?

El sueño segmentado se caracteriza por dividirse en dos (sueño bifásico) o más (sueño polifásico) periodos de descanso, intercalados con lapsos de vigilia que pueden durar desde unos minutos hasta varias horas, dependiendo de la especie. Estudios indican que más del 86 % de los mamíferos —como perros, roedores, erizos e incluso algunas ballenas— duermen en múltiples fases.

Hasta hace poco se pensaba que los humanos pertenecían a la minoría de especies —incluida la mayoría de los primates— que dormían exclusivamente de forma monofásica. Sin embargo, esta hipótesis resultó ser incorrecta, según afirma Russell Foster, profesor de neurociencia circadiana en la Universidad de Oxford.

Los registros históricos ofrecen evidencia de patrones de sueño bifásico en los seres humanos que se remontan a varios siglos atrás. Según el historiador Roger Ekirch, en las civilizaciones occidentales preindustriales el sueño solía dividirse en dos fases: las personas dormían durante unas horas, despertaban pasada la medianoche y dedicaban un tiempo —alrededor de una hora— a meditar, tener relaciones sexuales o socializar, antes de volver a acostarse para el “segundo sueño”.

Sin embargo, promover un sueño bifásico de manera artificial puede no ser todo lo beneficioso que se pudiera creer. No es lo mismo despertarse de un sueño de calidad y reparador que forzar al cuerpo a la actividad tras descansos más cortos. Por lo tanto, esta práctica puede no ser la mejor para todo el mundo, especialmente si se tiene un ciclo de sueño-vigilia regulado, ya que podría provocar un peor sueño y repercutir en la salud.

En cambio, algunas personas con insomnio o problemas para conciliar el sueño podrían beneficiarse de los patrones segmentados y lograr, de esa forma, descansar de manera adecuada. Eso sí, deben tratar en todo momento de dormir las horas necesarias, aunque estas se organicen de diferente forma. Solo dormir unas pocas horas genera problemas que se acumulan con el paso del tiempo. ¡Cuidemos nuestro sueño y salud!

Pero… ¿Hay razones biológicas o psicológicas del sueño polifásico?

Según el profesor de psiquiatría, medicina y ciencias clínicas y traslacionales de la Universidad de Pittsburgh, Daniel Buysse, desde una perspectiva fisiológica, el sueño bifurcado tiene sentido. Los dos procesos que regulan el sueño —el homeostático y el circadiano— están “entremezclados” en el corto periodo de descanso que tenemos. Con más tiempo disponible, señala Buysse, estos procesos podrían separarse a lo largo del día, permitiendo que nos despertemos de manera natural entre los ciclos de sueño.

De hecho, los periodos de vigilia entre ciclos de sueño podrían tener incluso un papel en la supervivencia. En experimentos se observó que los participantes se despertaban a diferentes horas cada noche, y que, en promedio, no había ningún momento en el que todos estuvieran dormidos simultáneamente.

Por lo que se podría decir que se habría cumplido una “función de centinela”, asegurándose de que siempre hubiera alguien despierto para vigilar al grupo; esto es especialmente importante si lo imaginamos en un entorno de poblaciones de cazadores-recolectores, como en la Era Prehistórica y aún así, dicha práctica continuaría hasta nuestra era.

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