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El poder del discurso

Los resultados electorales conocidos hasta el momento dan como ganador a Joe Biden, sin duda, él llegará a la presidencia de los EU en un acto protocolario el 20 de enero de 2021, no obstante, desde ahora se notará la influencia que ejercerá ante la población norteamericana.

Los resultados electorales conocidos hasta el momento dan como ganador a Joe Biden, sin duda, él llegará a la presidencia de los EU en un acto protocolario el 20 de enero de 2021, no obstante, desde ahora se notará la influencia que ejercerá ante la población norteamericana. Biden tiene más de 50 años de experiencia en la política, la paciencia y templanza son virtudes aprendidas en el transcurso de su devenir en estas tareas, conoce a fondo las formas de hacer política en su país, el discurso que utiliza es conciliador, ha prometido gobernar para todos y los convocará a rescatar el “alma” de los norteamericanos.

La polarización del discurso de Trump, agresivo, xenofóbico, no es aceptable en pleno siglo XXI, fue un elemento que terminó por sacarlo de la presidencia. Fueron las minorías, la gente afroamericana y los latinos los que terminaron por darle la puntilla a Donald Trump. Ahora los “dreamers” y las posibilidades de un acuerdo migratorio están en puerta.

El espíritu de un futuro mejor, ha renovado la esperanza de millones de norteamericanos. El discurso conciliatorio y la convocatoria hacia la unidad han sido los ingredientes que han servido para tranquilizar a la gente, ya que previa a la elección se preveían brotes de violencia entre las huestes de Trump y Biden. Esta posición pacifista y unificadora de Biden, ha tenido sus impactos positivos al grado de que hoy se siente un ambiente de más tranquilidad y esperanza en la sociedad norteamericana; sin duda, contrasta con el discurso de Trump y con el de López Obrador. Aquí en nuestro país, el presidente no desaprovecha sus mañaneras para echarle la culpa al pasado, a los medios masivos de comunicación e incluso a los comunicadores. Se dice agraviado y atacado por la prensa, pero la prensa lo único que hace es informar y en algunas ocasiones criticar. La crítica tiene una función importante en la sociedad, permite refrendar las libertades de expresión, pero también sirve de contrapeso a los excesos en que en muchas ocasiones incurren los gobernantes.

De acuerdo con George Lakoff, principal lingüista y científico cognitivo dedicado a la política, desarrolló la teoría de marcos mentales como resultado del lenguaje. Sostiene que “Las palabras construyen”. Las frases tienen cimientos. Un mensaje público detona reacciones en el cerebro; estas reacciones pueden ser positivas o negativas. Esto es algo muy poderoso que ha utilizado Andrés Manuel López Obrador, sus metáforas y conceptos martillean y eso explica sus cada vez más bajos, pero aún importantes, niveles de aprobación. El problema que se nos presenta es que siempre repetimos las palabras y argumentos de López Obrador, lo cual nos orilla a discutir y debatir todo lo que él diga, aun cuando sea intrascendente o mentira y se utilice para desviar la atención y las personas ignoren los grandes problemas que no han sido tratados como debiera. Si uno utiliza el marco conceptual del adversario, aunque sea en sentido negativo, él gana. Hay otra frase, la de Joseph Goebbels jefe de campaña de Hitler, “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”, utilizada como parte de las estrategias mediáticas para influir en los demás, sobre todo en temas electorales. A los políticos no les interesa la verdad, tampoco la moral, y para conseguir el poder utilizan la frase “El fin justifica los medios” atribuida a Nicolás Maquiavelo. Considero que a los mexicanos nos vendría bien un cambio de actitud de AMLO, la reconciliación con todos los sectores sociales y productivos del país detonaría la empatía necesaria para enfrentar las actuales condiciones económicas, de seguridad y de emergencia sanitaria; la historia nos muestra que hemos vencido muchas amenazas internas y externas, somos millones de mexicanos dispuestos a trabajar y a sacrificar un poco en favor de que a nuestro México le vaya mejor.

*- El autor es economista egresado de la UABC.

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