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¡INCREÍBLE!

El título de este envió, "¡Increíble!" tiene una connotación precisa: lo que no se puede creer y punto.

El título de este envió, "¡Increíble!" tiene una connotación precisa: lo que no se puede creer y punto.

 Deben de haber pasado unos seis meses, cuando escribí una columna que le titulé: ¿Seremos tontitos?

En este comentario me refería al presidente Andrés Manuel López Obrador y sin recordar con precisión el asunto por el cual había yo escrito aquello de que: ¿Seremos tontitos?, hoy, con lo acontecido en Culiacán en torno al hijo del "Chapo", Ovidio Guzmán, y el enorme problemón en que se vio involucrado todo el sistema de seguridad del gobierno federal, Ejército, Guardia Nacional, policías y en fin hasta el secretario de Seguridad Alfonso Durazo y, sin duda el propio Presidente. En todo este escándalo ya imposible de tapar el Sol con un dedo se ha generado o producido una serie de declaraciones por los propios funcionarios involucrados, todas éstas, difícilmente creíbles o increíbles. Así de simple. Para llorar, incluso para reír.

Tanto ayer como hoy, lo menos que se puede pensar, es preguntar al Presidente o a sus colaboradores, lo siguiente: ¿Seremos acaso los mexicanos tontitos? ¿En qué país cree el Presidente que vive? o lo mismo se podría preguntar, reitero, a sus funcionarios de seguridad. Han sido tan confusas y a la vez tan contradictorias todas la sarta de palabrería respecto del caso Culiacán y la captura del hijo del "Chapo" y a la vez de haberlo dejado en libertad, ¿por temor a enfrentarlo, debemos creer,  a que se generara una masacre, tanto de la policía como de los delincuentes y a la vez, todas la muertes colaterales de los habitantes de esta capital de Sinaloa atrapados en el intercambio de fuego cruzado entre los narcos y el Ejército? Esto último sin duda parece justificable y la mayoría de analistas le dan la razón al presidente Obrador por esta determinación.  Pocos sudan del acierto de la medida y quienes posiblemente lo critican con absoluta razón son los analistas de EU y el exterior. El Presidente aquí se lava las manos y sus razones tendrá. Decenas de muertos en una confrontación posible hubieran sido inevitables. Lo que es imposible creer son las declaraciones últimas o posteriores al hecho del propio Obrador: ¿que el presidente ni siquiera estaba enterado del delicadísimo asunto; que para nada Obrador sabía que se trataba de la captura del hijo del Chapo Guzmán? Nadie que tenga la cabeza en su lugar cree en estas declaraciones del titular del poder ejecutivo. Aquí es cuando ni más ni menos la mayoría de mexicanos nos preguntamos: ¿pensará Obrador que los mexicanos somos tontitos? Podría yo decir que no entiendo al Presidente. Él sabe exactamente que sus declaraciones al respecto no son creíbles, y repito la pregunta: ¿En qué país piensa el Presidente que vive? Sus discursos posteriores al respecto son de una enorme burla a todo mexicano pensante. Con Obrador hoy y con los gobiernos de ayer también, no se movía un dedo, nada sin el acuerdo inevitable y la orden incluso, a sus subalternos de: “Hágase; ejecutarse; cúmplase”. Así de simple.

Vuelvo a repetir: ¿Pensará el presidente que gobierna un montón de taraditos? Para qué abundar lo tantas veces repetido. Y conste, que creo en un alto porcentaje de su gobierno populista. Nada me convence su permanente rosario a dividir a los mexicanos entre buenos y malos.

 

* El autor es artista plástico.

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