Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Mexicali

Sin liderazgos

La presente etapa de vida de nuestro país está inmersa, definitivamente, en una crisis muy seria de liderazgo. 

Por el derecho a la libertad de expresión.



La presente etapa de vida de nuestro país está inmersa, definitivamente, en una crisis muy seria de liderazgo. No hay una persona, grupo, organización o partido político que tenga la capacidad de darle línea a los mexicanos. Nos conducimos dentro de nuestro marco de valores, pues no hay un liderazgo para seguir. Nuestros hijos menores de edad si tienen, por el contrario, prototipos negativos a los cuales añadirse y conducirse bajo esos pésimos parámetros. Por eso es que la cultura del narco con todo lo que se le agrega, está vigente durante este tiempo, y es vista por muchas personas como la alternativa para salir de la pobreza y ejercer poder.

Desde el punto de vista institucional, no tenemos un líder de importancia nacional que funcione como guía para los mexicanos. El actual Presidente de la República, tomando en cuenta la respuesta del electorado hacia su persona, podría pensarse que sería el indicado, pero nada está más lejos de la realidad. Si no tuviera a su favor la enorme cantidad de representantes de su partido en el senado y el congreso nacionales y los locales, que le allanan el camino, andaría perdido. Sin embargo, a pesar de este beneficio logrado en las elecciones pasadas, no ha podido aglutinar a las fuerzas políticas en sus proyectos de gobierno. La inexistencia de un contrapeso político deslegitimiza sus acciones gubernamentales, restándole poder. La oposición política, que en realidad son los partidos perdedores, con el afán de poder reorganizarse y fungir como los viejos partidos, tampoco son alternativas de liderazgo.

En nuestro estado la figura del gobernador está tan desprestigiada que no logra, aunque sea, ser escuchado. Ya ni los antiguos peones personificados en los organismos de la iniciativa privada, forman parte del equipo que antes lo protegía. Su partido que duró treinta años en el poder pierde de manera dramática, y le abre la posibilidad de que se extinga. Las luchas internas por apropiarse de los escombros que quedaron de las elecciones pasadas, forman parte de la misma realidad que se escenifica en el PAN y el PRI. Los miembros antiguos y los que fueron añadiendo durante décadas en estos partidos, también forman parte de los electores que eligieron a Morena o a López Obrador con su voto. El gobernador electo llegará desprestigiado y dispuesto a la ilegalidad.

En el ámbito local, la Alcaldesa de Tecate es reconocida por la ciudadanía, como una corrupta que se ha enriquecido a costa de nuestros recursos financieros. Nadie duda que ha construido un poder económico importante, mismo que debería ser investigado hasta las últimas consecuencias. Su obvia protección e impulso a la corrupción se da desde el amparo a los ex presidentes municipales hasta el apoyo que recibe la corporación policíaca municipal, reconocida en todo el estado y en California, como abusiva, corrupta y recolectora ilegal de dinero de los ciudadanos extranjeros y locales. No es esta funcionaria una lideresa ni forma parte de los guías morales que necesitamos. Su conducta histórica ha sido dentro del grupo de gobernantes que ha promovido la corrupción y ha abusado del poder en su propio beneficio. Por estas razones, a los funcionarios de los tres niveles de gobierno se les excluye como guías morales o líderes naturales. Vale.





* El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

Temas relacionados