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Un cine para saber quiénes somos

Desde principios del siglo XX, Baja California ha sido y es productora de imágenes en movimiento.

Desde principios del siglo XX, Baja California ha sido y es productora de imágenes en movimiento, centro creador de visiones cinematográficas propias, de indagaciones visuales sobre lo que fuimos, somos y queremos ser. Desde los tiempos del productor Rafael Corella, quien entre 1923 y 1930, produjo películas documentales y de ficción como Baja California (1925), Raza de bronce (1927) y Sol de gloria (1928), obras realizadas con el apoyo del gobierno del Distrito Norte en los tiempos que lo gobernaba el general Abelardo L. Rodríguez. Esta producción bajacaliforniana era única para su época y las películas de Corella son parte de la gran herencia del cine mudo nacional.

Desde la época de Rafael Corella, se ha intentado crear una industria cinematográfica en la entidad. Esto se puede constatar con la producción de Cine Pueblo y Baja Films en el sexenio de Milton Castellanos, en los años setenta del siglo XX, cuando Jorge Esma dirigió el documental Calafia (1973), o con la llegada de los estudios Fox a Popotla, en el municipio de Playas de Rosarito en 1996, con una inversión de 50 millones de dólares, donde se hicieron películas tan importantes como Titanic (1997) de James Cameron, cinta que tuvo una derrama de 600 millones de pesos en la entidad. Los estudios Fox Baja, junto con su parque temático, Foxploration, son hoy, bajo otra administración, un espacio de producción visual de primer nivel para la creación de videos musicales, películas, programas de televisión y cortos publicitarios. Lo que crea, además, un auge turístico que llega hasta nuestros días.

Un paso significativo, para regresar a la producción cinematográfica, desde el espíritu mismo de los bajacalifornianos, se dio dentro de la Universidad Autónoma de Baja California, institución nacida en 1957 y que para 1981 ya contaba con un Departamento de Tecnología Audiovisual, creado por Sergio Ortiz Salinas, comunicólogo que decidió establecer un centro generador de imágenes en movimiento, hoy conocido como CEPA: Centro de Estudios y Producción Audiovisual, el cual forma parte de la Facultad de Artes de nuestra máxima casa de estudios y desde donde se trabaja para la creación, difusión y promoción del cine en todos sus aspectos.

Esta aventura, a la vez artística y académica, dio por resultado un trabajo continuo y permanente, desde entonces hasta la actualidad, para la creación de documenta les, películas de ficción y experimentales, estableciendo de esa manera un corpus de obras que han mostrado a propios y extraños, a nativos y extranjeros, las historias de nuestra península, su cultura nativa, sus grupos indígenas y sus pinturas rupestres, las aportaciones de conquistadores, misioneros, colonos, gambusinos y pioneros que fundaron las ciudades que hoy nos dan identidad y destino: Ensenada, Tijuana, Mexicali, Tecate y Rosarito. Son obras que se decantan por la divulgación de la ciencia en todas las áreas que la UABC trabaja, nos han mostrado los problemas y las soluciones, los descubrimientos y las hazañas en campos tan diferentes como las ciencias naturales y exactas, la cultura y el arte, los procesos económicos y administrativos, las ciencias de la salud y la ingeniería en todas sus formas, entre tantos otros.

En estas obras, como El dragón en el desierto, Geotermia, Bajacalifornianos, Cosecha de algas, La trucha Arco Iris o Erizo de mar, podemos apreciar el trabajo en firme, riguroso, probado, hecho en beneficio de nuestro estado como de nuestra región y país, sobre los diversos fenómenos que nos afectan: desde la contaminación ambiental hasta los flujos migratorios, pasando por una mejor comprensión de los aspectos históricos, naturales y humanos que somos en nuestras circunstancias de vida, trabajo, entretenimiento, cultura y educación.

Hay que hacer hincapié aquí del impulso dado, por parte de la UABC, a la producción cinematográfica y de videos, con la creación, en 1986, de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y su taller de televisión, en la hoy Facultad de Ciencias Humanas, así como con la fundación. De aquí salen directores tan importantes como Adolfo Soto Curiel, Juan Carlos López, Armando Gutiérrez y guionistas como Hugo Méndez Fierros. Y lo mismo va a pasar con la creación de las carreras de Comunicación en otros campus y facultades de la UABC como Tijuana y Ensenada, donde la presencia de documentalistas como Adriana Trujillo, Fernando de la Rosa e Itzel Martínez, que son fundamentales para el desarrollo de las artes cinematográficas, se deja sentir hasta nuestros días en festivales, congresos y productoras independientes que ponen en alto el nombre de Baja California.

*- El autor es escritor, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

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