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EU impone aranceles a México; éste responde con medidas equivalentes

El gobierno del presidente Donald Trump anunció el jueves que impondrá aranceles a las importaciones de aluminio y acero provenientes de México, Canadá y Europa, alegando entre otras cosas que no consiguió concesiones de sus socios norteamericanos.



De inmediato, México y Europa anunciaron medidas de represalia, exacerbando la tensiones comerciales en América del Norte y trasatlánticas. Los mercados financieros, sacudidos por la incertidumbre, se desplomaban.



El secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, dijo que a partir del viernes habrá un arancel de 25% a las importaciones de acero y del 10% a las de aluminio, conforme a las penalizaciones que el gobierno norteamericano ya había establecido pero que suspendió para dar tiempo a las negociaciones.



El presidente Donald Trump había anunciado los aranceles en marzo, citando preocupaciones de seguridad nacional.



El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo que la decisión de Trump equivalía a proteccionismo comercial y que Europa respondería con medidas de represalia.



"Esto es proteccionismo, puro y simple", dijo Juncker. México dijo que penalizaría a algunos de los productos que importa de Estados Unidos.



“México impondrá medidas equivalentes a diversos productos como aceros planos (lámina caliente y fría, incluidos recubiertos y tubos diversos), lámparas, piernas y paletas de puerco, embutidos y preparaciones alimenticias, manzanas, uvas, arándanos, diversos quesos, entre otros, hasta por un monto equiparable al nivel de la afectación”, dijo en un comunicado la secretaría de Economía de México, que calificó las medidas proteccionistas de “unilaterales”.



“Esta medida estará vigente hasta en tanto el gobierno estadounidense no elimine los aranceles impuestos”, agregó.



La secretaría mexicana advirtió que los aranceles al acero y el aluminio afectarán a sectores estratégicos para América del Norte, como el automotriz, aeroespacial y electrónico.



En cuando a las conversaciones sobre el Tlcan, el anuncio de los aranceles podría obstaculizar las negociaciones entre los tres vecinos norteamericanos.



Ross dijo: "Ya no hay una fecha muy precisa en la que puedan concluirse y por lo tanto (Canadá y México) se añadieron a la lista de los (países) a los que se aplicarán los aranceles".



Antes del anuncio estadounidense, Canadá dijo que respondería en los mismos términos.



"Canadá considera francamente absurdo que de alguna manera se nos considere una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos", dijo la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, antes de que se anunciaran los aranceles estadounidenses.



"El gobierno está absolutamente preparado para defender las industrias canadienses y los empleos canadienses. Responderemos apropiadamente", advirtió.



La acción adoptada por Estados Unidos amplía la brecha con sus aliados más cercanos, amenaza con hacer subir los precios para las empresas y los consumidores estadounidenses que compran acero y aluminio, aumenta la incertidumbre para las empresas y alarmó a los inversores en los mercados financieros mundiales.



Los mercados financieros caían en medio de la preocupación por las disputas entre los socios comerciales. Siendo las 12:20 de la tarde, el barómetro industrial Dow Jones caía casi 200 puntos, equivalente al 0,8%.



Los aranceles dirigidos a algunos de los aliados más cercanos de Estados Unidos representaron el último paso en la agenda de Trump de "America First" ("Estados Unidos primero"), que ha enturbiado los mercados financieros y creado el fantasma de una guerra comercial que involucre a Estados Unidos, China y otras de las economías dominantes del mundo.



Las acciones comerciales hicieron que algunos observadores opinaran que Estados Unidos está quemando puentes con sus socios en momentos en que el gobierno de Trump trata de que Corea del Norte suspenda su programa de armas nucleares y ayudar a estabilizar el Medio Oriente.



"Estamos alejando a todos nuestros amigos y socios en un momento en que realmente nos vendría bien su apoyo", dijo Wendy Cutler, ex negociadora comercial de Estados Unidos y actual vicepresidenta del Asia Society Policy Institute (Instituto de Políticas de la Sociedad Asiática).



Ross explicó a los reporteros que las conversaciones con Canadá y México sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) "están tardando más de lo que esperábamos".



Por su parte, en las negociaciones con Europa hubo "algunos avances", pero no los suficientes como para que amerite una extensión de la exención, agregó Ross en una conferencia telefónica desde París.



"Seguimos estando bastante dispuestos y ciertamente ansiosos de tener más negociaciones", dijo Ross.



Agregó que planea viajar a China el viernes para tener negociaciones con los representantes comerciales del país asiático.



Los funcionarios europeos se habían preparado para un anuncio estadounidense sobre los aranceles y la UE había amenazado con tomar represalias contra varias exportaciones estadounidenses, como el jugo de naranja, la mantequilla de maní y otros productos.



Brasil, Argentina y Australia han acordado limitar sus exportaciones de acero a Estados Unidos a cambio de no tener que pagar los aranceles, dijo el Departamento de Comercio. Se mantendrán los aranceles sobre las importaciones procedentes de Japón.



Las preocupaciones de una guerra comercial ya están afectando la confianza de los inversionistas y podrían entorpecer el repunte de la economía mundial.



Los funcionarios europeos argumentan que una guerra comercial en la que se apliquen cada vez más aranceles en represalia afectará negativamente a ambos lados del Atlántico.



Incluso algunos aliados de Trump en el Congreso dijeron que las medidas comerciales están equivocadas.



"Los aranceles a las importaciones de acero y aluminio significan un aumento de impuestos para los estadounidenses y tendrán consecuencias perjudiciales para los consumidores, los fabricantes y los trabajadores", aseguró el senador Orrin Hatch, republicano por Utah.



El portavoz de la Casa Blanca Raj Shah dijo a Fox News: "Las acciones del presidente consisten en proteger el acero y el aluminio estadounidenses. Son críticas para la seguridad nacional".



Los aranceles a las importaciones estadounidenses de acero y aluminio pueden ayudar a los productores locales de esos metales, al hacer que los productos extranjeros se encarezcan artificialmente en el mercado estadounidense. Sin embargo, pueden aumentar los costos para aquellos fabricantes estadounidenses que no pueden satisfacer todas sus necesidades localmente y deben importar ambas materias primas.



Eso perjudica a las empresas y puede llevar a un aumento de los precios al consumidor, según los economistas.



Francia y Alemania expresaron su opinión incluso antes de conocerse el anuncio de Washington.



“Las respuestas unilaterales y las amenazas de guerra comercial no resolverán nada de los graves desequilibrios del comercio mundial. Nada", afirmó el miércoles el presidente francés, Emmanuel Macron.



En una clara referencia a Trump, Macron añadió: "Estas soluciones podrían traer satisfacción simbólica a corto plazo... Uno puede pensar en hacer felices a los votantes diciendo: ‘Tengo una victoria, cambiaré las reglas, ya verás’".



Pero Macron añadió que los "que libraron guerras comerciales bilaterales... vieron un aumento en los precios y un aumento en el desempleo".



El ministro de finanzas francés, Bruno Le Maire, calificó los aranceles estadounidenses de "injustificados, injustificables y peligrosos".



La canciller alemana Angela Merkel subrayó que los aranceles que se avecinaban eran incompatibles con las normas de la Organización Mundial del Comercio.



"Responderemos de manera inteligente, decisiva y conjunta" si no había excepciones, advirtió.



Además de los aranceles estadounidenses al acero y el aluminio, Estados Unidos también sopesa imponer posibles límites a los automóviles extranjeros, también en nombre de la seguridad nacional.



Ross criticó a la UE por su dura posición negociadora, pero el ministro alemán de Economía, Peter Altmaier, insistió en que los europeos estaban dispuestos a negociar acuerdos comerciales especiales, especialmente para el gas natural licuado y los bienes industriales, incluidos los automóviles.

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