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La urgencia de regular las alternativas de consumo de cigarro

Para empezar, ¿de qué hablamos cuando hablamos de alternativas al cigarro? Para muchos fumadores adultos, el acceso a las alternativas de cigarro significarían la posibilidad de poder decidir cambiarse a un producto que es significativamente menos dañino a la salud, sin gran parte de los riesgos que implica el fumar un cigarro convencional.

Cuando un cigarro se enciende, genera combustión y se producen alrededor de 6mil sustancias químicas en el humo, son muchas de éstas las que están directamente relacionadas con problemas que afectan a los fumadores.
Sin embargo, existen alternativas sin humo, como vapeadores o calentadores de tabaco, que no generan combustión en ningún punto de su proceso, ya que no se necesita fuego para encenderlo, por lo que los riesgos asociados al cigarro disminuyen drásticamente.

La actual regulación que hay sobre las distintas alternativas al cigarro sólo se enfoca en prohibir, sin considerar otras opciones que podrían ser usadas para mejorar la calidad de vida de los fumadores adultos.

Quizá una limitante que destaca en el tema es que falta impulsar estrategias o propuestas que faciliten el consumo e información a quienes están dispuestos a cambiar de producto de consumo, o que no estén dispuestos a dejar de fumar por completo: personas adultas cuya mejor opción es pasarse a los productos libres de humo.

Con lo anterior en cuenta, resulta verdaderamente importante crear una regulación para el uso de alternativas libres de humo a través de un diálogo que exponga, entre otras cosas, los principales motivos por los que se debe de tomar en cuenta el impulso a los productos sin humo.

¿Por qué se deben regular las alternativas?

El primer punto a destacar es que, de acuerdo con investigaciones científicas, el daño que se asocia al consumo del tabaco se relaciona de manera directa con la combustión, no con la nicotina. Al generar combustión se generan más de 6000 sustancias tóxicas y potencialmente nocivas que pueden llegar a afectar a los fumadores.

Ahora bien, si no tienen acceso a dichas alternativas o simplemente las desconocen, miles de millones de fumadores mexicanos no pueden adquirir productos que tengan un menor impacto en su salud.

En cambio, los más de dos millones de usuarios de vapeadores y otras alternativas que existen actualmente en México, se ven obligados a utilizar productos cuyo contenido no está estrictamente regulado. La prohibición actual de vapeadores, calentadores de tabaco y otras alternativas en el país se vuelve problemática pues también genera un mercado negro, en el cual los consumidores deben recurrir a personas o empresas de forma atípica, arriesgándose así a consumir un producto que podría no haber pasado por un control de calidad que sí pueda ser perjudicial para su salud.

¿Cuáles son las ventajas de las alternativas libres de humo?

Existen muchas ventajas de usar las alternativas libres de humo. La primera de ellas es que reducen la emisión de sustancias nocivas en comparación con el cigarro al quemarse. Esto puede llegar a disminuir los efectos dañinos del consumo del cigarro en el cuerpo humano, de ahí que sea importante permitir el acceso de la población fumadora a estas alternativas. Incluso, en países como Reino Unido, se ha demostrado que este tipo de dispositivos son una opción eficaz para dejar de consumir cigarros. Otra de las ventajas de estas alternativas es que, al no producir humo, no dejan olores en la ropa y no producen ceniza.

¿Las alternativas libres de humo contienen nicotina?

No todas, pero en su mayoría (por ejemplo, los vapeadores pueden o no contener nicotina). Sin embargo, contrario a lo que se cree comúnmente, la nicotina no es la principal causante de las enfermedades relacionadas con fumar; aunque es importante mencionar que sí tiene elementos adictivos y no es completamente inocua. Según la página oficial de los Centros de Integración Juvenil del gobierno mexicano, “con una bocanada de humo de tabaco se inhalan más de siete mil sustancias químicas, tales como alquitrán, monóxido de carbono, amoniaco y cianuro, entre otras”, siendo estas las principales causas de dichas enfermedades.


¿Cómo funcionan los dispositivos que calientan el tabaco?

Los dispositivos libres de humo que calientan el tabaco sin quemarlo necesitan de una carga eléctrica para funcionar y de una unidad de tabaco que se desecha después de su uso. El dispositivo calienta progresivamente el tabaco y cuando alcanza una temperatura determinada, empieza la liberación de nicotina, sin humo. Al producir vapor y no humo, además generan menos olor.


¿Cómo funcionan los dispositivos que calientan nicotina?

Los dispositivos que calientan nicotina funcionan con un líquido que contiene nicotina.. Este líquido se vaporiza gracias a una resistencia que calienta el líquido, evitando así expulsar humo y cenizas.

Hoy en día, gracias a las alternativas libres de humo, se ha disminuido el consumo de cigarro tradicional y también los riesgos que implica al cuidar no sólo a las personas que fuman, sino también a los demás, ya que, al no operar con combustión, no se producen molestias ni afectaciones a otras personas. Según un reporte publicado el 29 de mayo de 2020 por el Instituto Nacional de la Salud Pública (INSP), entre 2002 y 2009 hubo una disminución significativa de prevalencia de fumadores diarios pasando del 24% al 13.3% de la población y aunque se estancó algunos años, se volvió a registrar una caída entre 2016 y 2017 que bajó hasta el 11.9%.


La mejor opción siempre será dejar de fumar, pero para aquellos que deciden seguir haciéndolo existen mejores alternativas.

Para saber más sobre la regulación de estas alternativas te invitamos a visitar www.futurosinhumo.com.mx