¿Cómo fueron creados los seres humanos, según los Aztecas?

Las culturas prehispánicas dejaron un legado rico en tradiciones y leyendas mitológicas, por lo que es impresionante pensar en las múltiples visiones del origen de los seres humanos según cada cultura. No obstante, los Aztecas deben tener una de las más populares e interesantes.

Todo empieza cuando Quetzalcóatl, la deidad de la vida y uno de los dioses más importantes de la cultura mesoamericana, decide crear a la nueva humanidad después de la creación del sol y la luna. Para esto, debía descender al Mictlán, el inframundo, para recoger los huesos de los antepasados.

No obstante, su travesía no sería para nada fácil pues además de tener que sobrevivir a la montaña de los cuchillos, el viento de navajas, los torbellinos desgarradores de carne o al mítico perro devorador de corazones, al final se encontraría cara a cara con Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, la pareja de esposos que gobierna el Mictlán.

Quetzalcóatl demostró su destreza ante los gobernantes del inframundo

De acuerdo con los escritos y murales rescatados de la civilización azteca, ambas entidades eran representados como esqueletos sin piel, por cuyas cuencas vacías podían verse las estrellas y que cubrían su cuerpo con algunas de las joyas más preciosas jamás antes vistas. Habitualmente se encontraban rodeados de sus animales favoritos, tales como el murciélago, el búho y la araña.

Ante las deidades del inframundo, el dios de la vida y la luz pidió los huesos de los antepasados. Sin embargo, Mictlantecuhtli pidió algo a cambio: que Quetzalcóatl hiciera sonar su caracol, el cual carecía de orificios. Fue así que "la serpiente emplumada" convocó a los gusanos para que hicieran pequeñas aberturas en la superficies y a una colonia de abejas para ayudar con el sonido.

Incendiado del enojo por la destreza de Quetzalcóatl, Mictlantecuhtli ordenó a los seres del Mictlán cavar un hoyo debajo de la deidad de la vida, por el cual lo hicieron caer, romperse la espalda y consecuentemente perder la vida.

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Sin embargo, los atributos divinos de "la serpiente emplumada" eran tan grandes que logró resucitar y recoger los huesos de sus antepasados. Fue así como junto a los demás dioses realizaron un ritual en el cual, a través de la penitencia de derramar su sangre, lograron crear a los nuevos seres humanos.