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¿Oficina ruidosa? Esto le pasa a tu cuerpo

Uno de los factores que influyen en el bienestar de los empleados es el ruido en el espacio de trabajo, según una nueva investigación de la Universidad de Arizona.

Los lugares de trabajo son diversos: dependen tanto de las labores realizadas en ellos así como de la problemática que atienden, a la vez que influye a qué instancia, grupo o persona pertenecen y responden.

A pesar de sus diferencias, las oficinas, negocios, fábricas y demás lugares que congregan trabajadores necesitan cumplir algunas condiciones para asegurar que éstos no serán afectados por alguna de las características del espacio en cuestión.

En esta línea, es imprescindible dar cuenta de los factores que favorecen un estado de bienestar óptimo de las personas en ambientes determinados, así como los que más bien promueven que un malestar o algún tipo de desequilibrio.

Pues bien, uno de estos factores que se ven involucrados en la salud de los empleados es el ruido, según un nuevo estudio de la Universidad de Arizona y la Universidad de Kansas cuyos hallazgos podrás leer a continuación.

Contexto
Este estudio sobre los efectos del ruido en ambientes laborales es producto de una investigación más amplia sobre el bienestar en los lugares de trabajo y fue dirigido por la investigadora de la Universidad de Arizona, Esther Sternberg.

Precisamente, el proyecto “Wellbuilt for Wellbeing” se pensó para lograr la gestión del reingreso armónico de todas las instancias gubernamentales a sus sedes físicas en Estados Unidos después de la pandemia de covid-19.

El estudio en el que se aborda el problema del ruido fue publicado en la revista académica “Nature Digital Medicine” y su autora principal es Sudha Ram, profesora en el Eller College of Management de la Universidad de Arizona.

Ni lugares ruidosos, ni lugares en silencio
En la investigación dirigida por Karthik Srinivasan, ahora profesora de la Universidad de Kansas, señaló que al pensar en bienestar, prácticamente nunca se relaciona con la salud en el nivel fisiológico, sino en el mental o emocional.

Sin embargo, señaló que es importante considerar lo que sucede con los cuerpos al estar expuestos en determinados factores ambientales como lo es el del sonido; probablemente se trate de un factor que se suele obviar o menospreciar.

Como puede imaginarse, el estudio muestra que los sonidos fuertes en los espacios laborales son dañinos para el bienestar de los empleados, pero también señala que inesperadamente, los ambientes silenciosos tampoco llegan a propiciar un ambiente saludable.

En realidad, hay una medida que pudieran cumplir los lugares para hablar de un punto ideal de sonido en la oficina: los 50 decibelios, equivalentes al volumen producido por una lluvia moderada al caer o del canto de los pájaros.

Para llegar a estas conclusiones, se pidió que 231 empleados utilizaran dos dispositivos durante tres días: uno colocado al nivel del cuello que medía el nivel de sonido en el trabajo, y otro en el pecho para medir el nivel de estrés.

Los investigadores analizaron la relación entre la frecuencia cardiaca con el sonido ambiental para determinar como éste último afecta la primera, aunado a que los participantes respondieron preguntas sobre cómo se sentían en ciertos momentos de la jornada.

Esto les permitió a los investigadores llegar la conclusión antes mencionada sobre el nivel ideal de ruido, además de que señalaron que un aumento de 10 decibelios en éste ocasionaba la reducción de 1.9% del bienestar fisiológico del trabajador.

Aunado a lo anterior, se subrayó que los sonidos bajos ayudan a enmascarar las distracciones, por lo que éstos pueden contribuir al rendimiento de los empleados en los espacios laborales, no sólo a mejorar su bienestar.

Probablemente, ésta sea la razón por la cual la gente prefiere ir las cafeterías cuando tiene que realizar un trabajo en sus computadoras, ya que el sonido bajo que se suele reproducir en ellas permite concentrarse de manera continua.

En cambio, si las personas se encuentran en un lugar en completo silencio, puede ser que los ruidos eventuales los distraigan al ponerles atención exclusiva, ya que el cerebro reacciona ante posibles amenazas y es esto lo que ocasiona distracción.

Así, se llega a la conclusión de que una modificación sencilla en el lugar de trabajo, como lo es la de propiciar una especie de ruido de fondo de 50 decibelios, contribuye tanto a la salud como al rendimiento de los empleados.


50 decibelios
es la medida ideal de sonido en la oficina, equivalentes al volumen producido por una lluvia moderada al caer o el canto de los pájaros.

Más información: News.arizona.edu

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