Activistas alertan que Tren Maya ha derribado más de 10 millones de árboles en el sureste de México
Advierten que habrá daños 'irreparables' a la Selva
Playa del Carmen (México), 16 de octubre.- En el centro del Caribe mexicano, el Tren Maya, el proyecto más destacado del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha provocado una grave degradación del ecosistema en la selva tropical húmeda, habiendo devastado aproximadamente 10 millones de árboles, según denunciaron activistas medioambientales a la agencia EFE después de su visita a la región.
Hemos estado luchando todo este tiempo y, sin embargo, hasta ahora no logramos salvar este fragmento de selva que se tiró. Calculamos que se ‘asesinaron’ más de 10 millones de árboles de una de las selvas saludables que nos quedan en México”, explicó Roberto Rojo, miembro de la organización Sélvame del Tren en Quintana Roo, en el sureste del país.
En medio de las obras en Playa del Carmen, el biólogo y espeleólogo destacó que la maquinaria ha devastado innumerables plantaciones, creando una imagen desoladora en contraste con la exuberante selva que solía caracterizar la región. Este daño ambiental es solo uno de los problemas ocasionados por el proyecto insignia del presidente de México, el Tren Maya, que abarca más de 1,500 kilómetros de vías férreas para transporte de carga, turistas y residentes locales en cinco estados del sureste del país.
Originalmente, los habitantes de Playa del Carmen sabían que el proyecto sería relevante para la zona, donde se encuentran extensos sistemas de cuevas y ríos subterráneos. Sin embargo, el gobierno inicialmente prometió que el tren seguiría una ruta paralela a la carretera. Posteriormente, se modificó el trazado para que el tren pase a través de la selva, causando una significativa deforestación.
En respuesta a esta situación, grupos de activistas ambientales han alzado la voz para impedir que el tren atraviese esta área y proteger las numerosas cuevas y cenotes afectados por la construcción del Tramo 5 del Tren Maya, un tramo altamente controvertido que conecta Cancún con Playa del Carmen.
Nos manifestamos e hicimos un SOS muy grande para decirle al presidente y al gobierno ‘esperen, no puede ser, no podemos destruir lo poco de selva que nos queda’, pero no fuimos escuchados”, se lamentó Rojo.
"Se tiene que dejar descansar la selva"
Según datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), las regiones de selvas húmedas en México, que son emblemáticas del sureste del país, han experimentado una reducción del 49 % en su extensión. Además, de lo que aún se preserva, se estima que un 66 % ha sufrido degradación en las últimas décadas.
Rojo señaló que de los 254.800 kilómetros cuadrados (equivalentes a 25,4 millones de hectáreas) que existían, en la actualidad solo se conservan 40.086 kilómetros cuadrados (alrededor de 4 millones de hectáreas), un problema que se ha visto agravado por el desarrollo del megaproyecto.
Específicamente, destacó que la falta de planificación y conocimiento detallado de la región ha resultado en la perturbación de las cuevas, ocasionada por la introducción de 17.000 pilotes de 1,2 metros de diámetro a una profundidad de 25 metros, para sostener las infraestructuras del tren.
Eso significa acribillar el acuífero de Quintana Roo con resultados inimaginables, no sabemos qué vaya a suceder cuando este acuífero se comience a contaminar”, recalcó.
Aracely Domínguez, presidenta del Grupo Ecologista del Mayab (Gema), señaló que uno de los desafíos fundamentales fue la prisa por completar la construcción, dado que el presidente López Obrador tiene la intención de inaugurarla entre el 1 de diciembre y febrero de 2024. Esta prisa resultó en la omisión de ciertos procedimientos que podrían acarrear consecuencias de gran gravedad.
Va a tener efectos a corto, mediano y largo plazo que no fueron evaluados, que no fueron mitigados y que podrían haberse mitigado de muchas maneras si se hubieran hecho los estudios necesarios para determinar cuál era la ruta adecuada, por dónde sí, por dónde no”, remarcó.
Domínguez lideró algunos de los amparos presentados para detener la construcción del Tramo 5 del Tren Maya en una zona de selva, argumentando que no era necesario talar la selva si se hubiera seguido el proceso legal. Sin embargo, ninguno de los amparos ha tenido éxito debido a que el presidente López Obrador declaró las instalaciones del Tren Maya como estratégicas, prioritarias, de interés público y de seguridad nacional. Domínguez afirma que ya no quedan acciones legales por tomar y que las leyes se imponen sobre la voluntad de las comunidades indígenas.
Tanto él como otros expertos sostienen que el daño causado por las obras del tren es irreversible y piden que se detenga la construcción.
Esto debería de detenerse, aunque está avanzado, no importa, es ilegal. Se tiene que dejar descansar esta selva para que se regenere”, concluyó Rojo.
Con información de EFE.
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