Identifican cuatro cuerpos de la mina colapsada ‘El Pinabete’ en Coahuila
Las autoridades comenzarán con la fase dos con las labores de búsqueda y rescate de los 6 mineros que aún no han sido localizados
CIUDAD DE MÉXICO.- La noche de este lunes, el Gobierno mexicano anunció la identificación de cuatro cuerpos recuperados de la mina El Pinabete, la cual colapsó el 3 agosto de 2022 en el municipio de Sabinas, Coahuila, en donde diez trabajadores quedaron atrapados.
Además, las autoridades reiteraron su compromiso de continuar con sus esfuerzos en la búsqueda y rescate de los seis mineros restantes.
Proceso de identificación y compromiso gubernamental
En un boletín publicado en X por la Comisión Federal de Electricidad, el Mando Unificado, conformado por CFE, la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Fiscalía General del Estado (FGE) informó a las familias de los trabajadores sobre los resultados de identificación de los indicios biólogicos recuperados.
La CFE, encargada de las excavaciones, señaló que los primeros dos restos fueron encontrados en noviembre del año pasado, seguidos por el tercero en diciembre del mismo año y el último en enero de 2024. Las identidades de los mineros Hugo Tijerina Amaya, Jorge Luis Martínez Valdez, Jaime Montelongo Pérez y José Rogelio Moreno Morales fueron reveladas a las familias en una reunión privada de la FGE en Coahuila.
En cuanto a la búsqueda y extracción de los seis cuerpos sin localizar, las autoridades explicaron que ya iniciaron el reforzamiento de los taludes de tajo para garantizar la seguridad en el ingreso del personal en las labores de rescate en esta segunda fase.
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En enero de 2023, el presidente Andrés Manuel López Obrador había prometido recuperar los cuerpos en unos meses pero, pasados cinco meses, reconoció que el proceso tardaría hasta 2024. A principios de año, anunció que estaría al tanto de la coordinación de los rescates en la mina y los de la mina Pasta de Conchos, donde 65 trabajadores quedaron atrapados —la mayoría de los restos aún sin recuperar— después de una explosión en 2006.
Este incidente ha reactivado la polémica sobre la seguridad en la región carbonífera de México, donde se han registrado más de un centenar de muertes en la industria minera.