“Si no se cuida la hepatitis, puede convertirse en cáncer hepático”: Académico de la UNAM

Eduardo García Castrejón, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, explica que la hepatitis es una inflamación del hígado que ocurre cuando se infecta por un virus. Puede causar diferentes grados de gravedad en los pacientes.

Durante el Día Mundial contra la Hepatitis que se conmemora cada 28 de julio, García Castrejón reveló que para el caso de México hasta 2020 se tenía un registro de 3 mil 978 en ese año, con una incidencia de 3.1 por cada 100 mil habitantes.

Mencionó que las personas deben estar atentas a los principales síntomas de una persona cuando tiene hepatitis porque dependiendo de la situación pueden agravarse si no lleva un buen cuidado. Algunos de los síntomas son: son fiebre, fatiga, pérdida de apetito, náusea y/o vómito, dolor abdominal, orina oscura, heces color arcilla, dolor en las articulaciones, coloración amarillenta de piel y ojos.

Hay cinco tipo de cepas desde la A, B, C, D y hasta E. Se pueden diferenciar en la forma de transmitirse y gravedad que causa cada una.

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“B y C son las más graves, incluso la D cuando se asocia con B puede ser muy grave y mortal si no se atiende a tiempo con un adecuado tratamiento”.

En el caso de la A, es más frecuente en niñas y niños, puede provocar deceso si causa hepatitis fulminante y no se detecta de manera temprana, alerta el médico internista.

La más común es la viral, que se da por algún o varios tipos de virus (A, B, C, D y E). Está la tipo alcohólica es ocasionada por el consumo excesivo de bebidas de esta naturaleza; la tóxica por ciertos venenos, productos químicos, medicamentos o suplementos.

La autoinmune es un tipo crónico en el que el sistema inmunitario ataca al hígado. Se desconoce la causa, pero la genética y el entorno pueden influir.

FORMAS DE TRANSMISIÓN

En el caso de la hepatitis A y E se ocurren tras el contacto con alimentos o agua contaminados con las heces de una persona infectada. La E también puede aparecer al comer carne de cerdo, ciervo o mariscos poco cocidos.

En el caso de la B, C y D se transmite por la exposición con la sangre de quien tiene la enfermedad.

La B y D además se pueden propagar mediante el contacto con otros fluidos corporales al compartir agujas de drogas o tener relaciones sexuales sin protección.

García Castrejón subraya que si las personas no se cuidan, puede producir algún tipo de cáncer (el hepático). Por eso es importante difundir información, a fin de que la población tenga conocimiento y se realicen pruebas de manera oportuna.