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Prohibirán la venta de quesadillas, galletas, jugos y otra comida chatarra en escuelas

La nueva regulación busca eliminar de escuelas, desde preescolar hasta universidades, productos con alto contenido de azúcar, sal y grasas.

Prohibirán la venta de quesadillas, galletas, jugos y otra comida chatarra en escuelas

MÉXICO.- — El gobierno federal anunció una medida que prohibirá la venta y publicidad de alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar, sal, grasas o calorías en todas las escuelas del país, desde preescolar hasta universidades. Esta iniciativa se suma a la estrategia que ya impone sellos de advertencia en productos no saludables y busca fomentar una alimentación más sana entre los estudiantes.

¿Qué alimentos estarán prohibidos?

La lista de productos prohibidos incluye alimentos comunes en la dieta diaria de los mexicanos. Estos alimentos se dividen en varias categorías, cubriendo desde comidas preparadas hasta productos procesados.

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Comidas preparadas

  • Tacos y quesadillas: Incluye tacos de canasta, tacos dorados, y quesadillas.
  • Chilaquiles y enchiladas: Versiones tradicionales de estos platillos que utilizan ingredientes con exceso de calorías o grasas.
  • Hamburguesas, hot dogs y banderillas: Cualquier preparación que contenga embutidos o alimentos fritos.
  • Pizza: Especialmente aquellas con alto contenido de grasas y sal.
  • Tamales y tortas: Preparaciones que utilicen productos con sellos de advertencia.

Botanas y frituras

  • Frituras: Papas, churritos, y cualquier tipo de botana frita.
  • Botanas empacadas: Cacahuates, pistaches, almendras y similares si están fritos o llevan sal añadida.
  • Pastelitos y donas: Productos de panadería industrial como pastelitos empaquetados, donas, magdalenas y pan dulce industrial.
  • Galletas: Especialmente aquellas que contienen rellenos, chocolate o altas cantidades de azúcar.

Dulces y postres

  • Caramelos y chocolates: Incluye cualquier tipo de dulce, como gomitas, chicles, mazapanes y paletas de caramelo.
  • Gelatinas y flanes: Versión industrial de estos postres, con alto contenido de azúcar o grasa.
  • Helados y nieves: Tanto en barra como en presentaciones en vaso o cono.
  • Dulces típicos: Cualquier dulce tradicional que contenga altos niveles de azúcar o grasa, como cajeta o camote.

Bebidas

  • Jugos y néctares: Todos aquellos que no sean 100% naturales o que contengan azúcar añadida.
  • Bebidas para deportistas: Bebidas isotónicas que contienen altas cantidades de azúcar.
  • Refrescos y bebidas carbonatadas: Incluyendo versiones sin azúcar que utilicen edulcorantes artificiales.
  • Bebidas saborizadas: Leches de sabor, yogures endulzados y otros lácteos saborizados.

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Cereales y productos empaquetados

  • Cereales de caja: Especialmente aquellos que contienen azúcares añadidos y están dirigidos al público infantil.
  • Barritas energéticas: Con alto contenido de azúcar o ingredientes que exceden el límite calórico permitido.

Otros productos procesados

  • Embutidos: Salchichas, chorizo, longaniza, salami, y cualquier tipo de carne procesada.
  • Postres caseros: Preparaciones de postres que incluyan ingredientes con sellos de advertencia, como pasteles o galletas caseras.

Proponen alternativas más saludables

Para reemplazar estos productos, las autoridades han recomendado una lista de alimentos más nutritivos que podrán ser vendidos en las cooperativas escolares:

  • Frutas frescas: Manzanas, peras, plátanos, naranjas, y cualquier fruta que no tenga azúcar añadida.
  • Verduras frescas: Zanahorias, pepinos, jícama, entre otras, que pueden servirse solas o con un poco de limón.
  • Leche descremada: Versiones sin grasa o sin sabor de productos lácteos.
  • Cereales integrales: Amaranto, avena y otros cereales sin azúcar añadida.
  • Leguminosas: Garbanzos, frijoles y lentejas, como parte de ensaladas o sopas.
  • Carnes magras y proteínas: Pavo, pollo y pescado cocidos sin grasas añadidas.

El objetivo es que todas las comidas sean más nutritivas, y en ningún caso se permitirá agregar sal o azúcar a los alimentos. La regulación también aplicará a cooperativas escolares, comedores y máquinas expendedoras.

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Aumento de costos y otras críticas a la medida

La propuesta ha generado diversas críticas por parte de comerciantes, proveedores y organizaciones empresariales, quienes señalan que la implementación de estas nuevas normativas traerá consigo un impacto económico significativo.

Incremento de precios:

Preparar alimentos con ingredientes “saludables” elevará los costos de venta. Por ejemplo, se estima que un sándwich con productos sin sellos de advertencia aumentará de $35 a $66 pesos, mientras que una hamburguesa podría pasar de $58 a $85 pesos.

Afectación a pequeñas y medianas empresas:

La Cámara Nacional del Maíz Industrializado advierte que las micro, pequeñas y medianas empresas serán las más afectadas, dado que sus productos suelen incluir ingredientes que ahora estarán prohibidos en las escuelas.

Falta de análisis económico:

Críticos aseguran que el gobierno no ha realizado un análisis completo de los costos de cumplimiento. Se estima que la implementación costará 431 millones de pesos, pero no se han contemplado los impactos en proveedores o el encarecimiento de ciertos productos.

Capacitación insuficiente:

Algunos señalan que el anteproyecto no incluye un plan detallado para capacitar al personal de las escuelas sobre cómo implementar estas nuevas regulaciones, lo que podría generar confusión y dificultades en la práctica.

Consulta pública limitada:

Organizaciones como Coparmex han expresado su inconformidad con el proceso de consulta pública, señalando que solo se otorgó un día para la revisión y discusión del anteproyecto, en lugar de los 20 días que exige la ley.

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¿Cuándo podría iniciar a implementarse la prohibición?

Una vez que el anteproyecto sea aprobado por la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) y publicado en el Diario Oficial de la Federación, las escuelas de todos los niveles tendrán un plazo de 180 días, es decir, seis meses, para adaptarse a las nuevas normativas.

Esto significa que los centros educativos deberán ajustar sus menús y eliminar de la venta cualquier alimento o bebida que contenga los sellos de advertencia dentro de ese periodo.

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