¿Qué pasó el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco?
A 56 años de la tragedia del 2 de octubre, se recuerda el legado de un movimiento que desafió al Estado
CIUDAD DE MÉXICO.- El 2 de octubre de 1968, la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco fue testigo de una tragedia que marcaría para siempre la historia de México.
Así comenzó el conflicto
Todo comenzó meses antes, el 22 de julio de ese mismo año en la Ciudadela. Allí ocurrió una riña que se salió de control entre estudiantes de la Vocacional 5 del Politécnico y los de la preparatoria Isaac Ochoterena, escuela incorporada a la Universidad Nacional Autónoma de México.
La intervención de los granaderos, que golpearon a varios jóvenes, encendió la chispa de lo que sería un movimiento estudiantil sin precedentes. Lo que empezó como una pelea se convirtió rápidamente en una causa común: luchar contra la represión.
De acuerdo al medio acento, a finales de julio de 1968, los estudiantes de las Vocacionales atacaron la Preparatoria “Isaac Ochoterena” con piedras y, tras no recibir respuesta, regresaron a sus escuelas. Los granaderos comenzaron a provocarlos, lo que resultó en enfrentamientos en las instalaciones de la Voca 5, donde varios alumnos fueron golpeados.
El 26 de julio, una manifestación en el Casco de Santo Tomás, organizada por estudiantes del IPN, se disolvió y más de 5,000 se dirigieron al Zócalo, enfrentándose a la policía. Alumnos de diversas preparatorias se unieron en protesta y se declararon paros indefinidos en varias instituciones. El clima se intensificó el 29 de julio cuando, tras disolver otro mitin, el ejército intervino, disparando un bazuka frente a la Preparatoria 1.
El 30 de julio, el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, izó la bandera a media asta en señal de luto y denunció la violencia. El 1 de agosto, lideró una manifestación con 80,000 participantes, mientras se constituyó el Consejo Nacional de Huelga, demandando cumplimiento de un Pliego Petitorio. El 13 de agosto, 150,000 personas marcharon al Zócalo, y el 27 de agosto, se convocaron 400,000 manifestantes, pero el diálogo con el gobierno no avanzó.
En septiembre, el presidente Gustavo Díaz Ordaz realizó un informe mientras la huelga persistía. El 18 de septiembre, el ejército ingresó a Ciudad Universitaria, alegando que los edificios estaban ocupados ilegalmente.
La tensión aumentó en la ciudad, y el 30 de septiembre, los militares abandonaron C.U., mientras la violencia continuaba en otras áreas.
Las tensiones entre estudiantes y gobierno alcanzaban su punto máximo le 2 de octubre.
Los hechos del 2 de octubre
- Reunión en Tlatelolco: El 2 de octubre, cerca de 5,000 personas se congregaron en la Plaza de las Tres Culturas, en el complejo habitacional de Tlatelolco, para escuchar un mitin convocado por el Consejo Nacional de Huelga (CNH), que había estado liderando las manifestaciones. Entre las demandas del movimiento estudiantil se encontraba la desaparición del cuerpo de granaderos y la liberación de los estudiantes detenidos en protestas anteriores.
- Intervención militar: El ejército, ya presente en la zona, había colocado francotiradores en los techos de los edificios cercanos, como el Edificio Chihuahua, y tenía la orden de capturar a los líderes estudiantiles. En medio del mitin, se desató un tiroteo cuando los soldados abrieron fuego contra la multitud. Muchos de los disparos provinieron desde los edificios alrededor de la plaza. El caos se apoderó del lugar mientras los estudiantes y asistentes intentaban huir.
- Objetivo del gobierno: Este acto de represión, que ocurrió a solo diez días de la inauguración de los Juegos Olímpicos en México, fue interpretado como un esfuerzo del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz por sofocar el movimiento estudiantil antes del evento internacional. La acción fue orquestada por el Estado, buscando frenar las protestas que ya habían alcanzado una escala masiva.
- Número de víctimas: Aunque el número exacto de muertos y heridos nunca ha sido esclarecido oficialmente, se estima que decenas o incluso cientos de personas fueron asesinadas en la masacre. El gobierno intentó minimizar el impacto de la tragedia, controlando la información en los medios y justificando la represión bajo el argumento de que los estudiantes estaban realizando actividades subversivas.
Este evento no solo marcó a una generación, sino que también dejó una profunda cicatriz en la historia política de México, simbolizando la brutalidad del gobierno hacia las voces disidentes y la falta de transparencia en torno a los hechos.
La frase “2 de octubre no se olvida” se convirtió en un símbolo de resistencia y memoria colectiva.
Con información de El Universal y Acento.mx
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