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Sedena compra enseres para damnificados con presupuesto de más de 1,401 millones de pesos

Esta compra es una de las tantas responsabilidades que la Sedena ha asumido desde que el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) fue extinguido en 2020 por un decreto presidencial.

En plena temporada de huracanes, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha firmado contratos por un monto máximo de 1,401 millones de pesos para adquirir enseres domésticos, tales como estufas, refrigeradores, ventiladores, licuadoras, baterías de cocina y colchones, con el fin de atender las emergencias derivadas de desastres naturales.

Esta compra masiva de enseres tiene como objetivo proporcionar ayuda a las comunidades afectadas por fenómenos como huracanes, tormentas e inundaciones, en un año que ha sido anticipado como especialmente activo en términos de ciclones por organismos meteorológicos internos.

La adquisición se realizó a través de seis contratos firmados con cinco empresas: Controladora Mabe SA de CV, Taurus España SA de CV, Comercializadora de insumos Vía Láctea SA de CV, Plásticos y Blancos La Feria SA de CV, y Colchones Pro SA de CV Estos acuerdos permiten a la Sedena adquirir hasta 90 mil unidades de artículos esenciales, como refrigeradores y estufas, con un precio unitario de 6,350 y 2,910 pesos respectivamente.

Otros artículos incluyen ventiladores, licuadoras y juegos de batería de cocina, con precios que oscilan entre los 470 y 563 pesos por unidad, así como colchones matrimoniales, cuyo costo unitario es de 2,566 pesos. Los contratos estarán vigentes hasta el 31 de diciembre de 2024, permitiendo a la Sedena disponer de estos recursos en caso de nuevos surgimiento.

Responsabilidades de la SEDENA

Esta compra es una de las tantas responsabilidades que la Sedena ha asumido desde que el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) fue extinguido en 2020 por un decreto presidencial.

El Fondo, que existía desde 1996, tenía como objetivo responder de manera rápida y eficiente a los desastres naturales en México, acumulando recursos anualmente en un fideicomiso que podía ser utilizado de manera plurianual, es decir, los fondos que no se utilizaban en un año. Podrían ser guardados para futuros desastres.

Sin embargo, desde su desaparición, los recursos destinados a emergencias se manejan a través de partidas presupuestarias anuales, lo que ha generado dificultades para cubrir las necesidades inmediatas y a largo plazo de las poblaciones afectadas.

Aunque el fideicomiso fue eliminado, el nombre “Fonden” se mantuvo en el Ramo 23 “Provisiones Salariales y Económicas” del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), con una asignación de 17,984 millones de pesos para 2024. A pesar de este presupuesto considerable, las dificultades para gestionar los recursos de manera eficiente han sido notorias.

Por ejemplo, en 2023, cuando el huracán Otis azotó el estado de Guerrero, causando daños devastadores, no se reportó el uso de los recursos asignados al Fonden, a pesar de que las pérdidas económicas se estimaron en más de 10 mil millones de dólares y Hubo un número significativo de personas damnificadas.

En lugar de utilizar los recursos asignados al Fonden, el Gobierno Federal tuvo que desviar partidas presupuestarias de otras áreas para cubrir los gastos de la emergencia.

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La desaparición del fideicomiso ha generado preocupación entre expertos en administración pública y emergencias. Jesús Carrillo, especialista del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), advirtió que la falta de un fideicomiso impide utilizar los recursos de manera eficiente y limita la capacidad de respuesta ante desastres de gran magnitud.

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