De la UNAM al Nobel: la inspiradora historia de Daniel Silva y su camino junto a David Baker
Daniel Silva Manzano, investigador y empresario, ha sido parte esencial del equipo de David Baker, contribuyendo al diseño de proteínas con potencial terapéutico y cofundando la empresa Monod Bio.
MÉXICO. — Hace dos décadas, Daniel Adriano Silva Manzano, egresado de la licenciatura en Investigación Biomédica Básica y doctor en Ciencias Bioquímicas por la UNAM, vivió un encuentro que cambiaría su vida. Mientras trabajaba en un laboratorio de la Facultad de Medicina, tuvo la oportunidad de conversar con David Baker, científico estadounidense y reciente ganador del Premio Nobel de Química por su trabajo en el diseño de proteínas computacionales. Aquel encuentro sembró en Silva el deseo de colaborar con Baker, objetivo que lograría años después, consolidando su carrera científica.
Un encuentro fortuito
La historia comenzó en la Facultad de Medicina de la UNAM, cuando Baker decidió visitar los laboratorios en lugar de recorrer Ciudad Universitaria. Silva Manzano, el único alumno presente, captó la atención del científico. La conversación que mantuvieron encendió en el joven investigador el deseo de formar parte del equipo de Baker. Sin embargo, no fue un camino fácil. Antes de poder trabajar con el Nobel, Silva siguió los consejos de sus profesores y viajó a Hong Kong para perfeccionar sus conocimientos en química computacional. Tres años después, se sintió preparado para contactar nuevamente a Baker, quien lo aceptó en su laboratorio, aunque le exigió primero obtener una beca para financiar su estancia.
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Contribuciones científicas y empresariales
Desde hace más de una década, Silva Manzano ha sido parte del equipo de David Baker, desempeñando un papel fundamental en el diseño de proteínas con potencial terapéutico. Una de sus contribuciones más destacadas fue la creación de la proteína Neo-2/15, la primera diseñada computacionalmente en llegar a ensayos clínicos contra el cáncer. Además, Silva ha ayudado a convertir la ciencia en tecnología aplicable, liderando la traducción de conceptos científicos a productos comercializables.
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En 2017, junto con Baker y Alfredo Quijano, cofundó la empresa Monod Bio, una derivación del laboratorio de Baker en la Universidad de Washington. La compañía se dedica a diseñar proteínas de novo mediante inteligencia artificial, enfocándose en desarrollar herramientas para investigación biomédica y diagnósticos clínicos, con la meta de ofrecer soluciones más efectivas y económicas.
Orgullo puma y un futuro prometedor
A lo largo de su carrera, Silva Manzano ha recibido numerosos elogios por su trabajo en el campo de las proteínas, lo que ha llevado a muchos a asumir que es egresado de prestigiosas universidades como Harvard o Stanford. Sin embargo, el científico siempre destaca con orgullo su formación en la UNAM, afirmando que la educación recibida en la Máxima Casa de Estudios no tiene nada que envidiar a otras instituciones de renombre.
El reciente Nobel de Química otorgado a Baker no solo es un reconocimiento a su mentor, sino también a todos los que han colaborado en sus investigaciones. Para Silva Manzano, este premio visibiliza la importancia de comprender y diseñar proteínas para abordar problemas específicos en la medicina y la biotecnología. Con el avance del diseño computacional de proteínas, el futuro promete nuevas aplicaciones que mejorarán la salud humana y expandirán el conocimiento científico.
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