Periodista exiliado denuncia la violencia contra periodistas en México: “La autocensura es para sobrevivir”
El periodista mexicano se encuentra exiliado temporalmente en España

Santander, España, 12 marzo de 2025.- El periodista mexicano Alberto Amaro se encuentra actualmente exiliado en España debido a amenazas en su contra.
Este miércoles, denunció la violencia extrema que enfrentan los periodistas en México y explicó que muchos optan por la autocensura como una medida de supervivencia ante los riesgos que conlleva su profesión.
“La mayor autoherida que se puede hacer un periodista es la autocensura y, en muchas ocasiones, lo hemos tenido que hacer por seguridad de nosotros y por seguridad de nuestra familia”, afirmó Amaro en un encuentro con periodistas en Santander.
Hoy jueves participará en una charla sobre la situación de los informadores en su país.
Amaro lleva cinco meses en España gracias a un programa de Amnistía Internacional y asegura sentirse “más tranquilo”, aunque no descarta regresar a México.
La decisión, dice, dependerá en gran parte de su familia, especialmente de sus hijos, quienes extrañan su hogar y estilo de vida.
México, uno de los países más peligrosos para el periodismo
A pesar de su exilio, Amaro continúa escribiendo para un periódico digital de su región. Sabe que, si vuelve a México, seguirá siendo un periodista amenazado en un país que, según él, “lamentablemente es uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo fuera de una zona de guerra”.
Desde el año 2000, más de 170 periodistas han sido asesinados en México y 31 continúan desaparecidos.
“Hay una impunidad del 95 por ciento tanto de agresiones como en asesinatos”, lamentó Amaro. Además, señaló que no solo los grupos delictivos son responsables de la violencia contra periodistas.
“El 45,75 por ciento de las agresiones provienen de un Gobierno, ya sea federal, estatal o municipal, y tan solo el 25 % de las agresiones aproximadamente se derivan de un grupo delictivo”, explicó.
El testimonio de Alberto Amaro
Amaro relató que su situación se volvió crítica en 2019, cuando comenzó a recibir amenazas tras publicar investigaciones sobre corrupción y crimen organizado en Tlaxcala, su estado natal.
Fue entonces cuando ingresó al mecanismo de protección a defensores de los Derechos Humanos y periodistas del Gobierno de México, una medida que, según él, no siempre garantiza seguridad.
Ocho compañeros que estaban en este mecanismo fueron asesinados, denunció.
Su caso ganó atención internacional gracias a un informe de Amnistía Internacional publicado el año pasado, lo que le permitió acogerse a un programa de protección en España. Sin embargo, no todos han tenido la misma suerte.
“Dos compañeros que también aparecían en ese informe ya no están vivos”, lamentó.
“Los delincuentes ya se dieron cuenta de que agredir a un periodista es símbolo de impunidad, que eso no se investiga”, agregó.
También criticó las fallas del sistema de protección en México, que considera insuficiente para garantizar la seguridad de los informadores.
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