Ayotzinapa: ¿Qué diferencias hay entre la "verdad histórica" de Murillo Karam y la nueva versión del caso?
La llamada "verdad histórica" y la nueva versión del caso Ayotzinapa del actual gobierno presentan marcadas diferencias.
CIUDAD DE MÉXICO.- Los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa fueron privados de la libertad, privados de la vida, incinerados y arrojados al río San Juan, en Guerrero, por integrantes del grupo Delincuencia Guerreros Unidos, porque fueron señalados de pertenecer a Los Rojos, grupo contrario.
Esa es la “verdad histórica” que planteó el 27 de enero de 2015 el entonces procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, cuando en conferencia de prensa ofreció un informe sobre los últimos avances, hasta ese momento, del caso Iguala, acompañado de Tomás Zerón de Lucio, quién se desempeñaba como director en Jefe de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, la llamada AIC.
En su mensaje, Murillo Karam se refirió a las conclusiones del caso como la verdad histórica, sustentada en una investigación exhaustiva, profunda y seria, con resultados científicos.
¿Qué diferencias hay entre la "verdad histórica" y la nueva versión del caso Ayotzinapa?
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha cuestionado la llamada "verdad histórica" por el caso Ayotzinapa, presentada por la admninistración de Enrique Peña Nieto, y una de las principales diferencias es que señalan que los hechos fueron un "crimen de estado", acusando la participación de integrantes de la Marina en la manipulación de pruebas y escenarios.
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Primeras versiones del caso Ayotzinapa apuntaban a que los normalistas tomaron camiones para supuestamente boicotear un acto público de la directora del DIF Guerrero, María de los Ángeles Pineda, esposa del presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, el gobierno luego reconoció que el motivo fue para hacer boteos y dirigirse a la manifestación del 2 de octubre en la CDMX.
Desde ese momento y hasta la desaparición pasadas las 11 de la noche del 26 de septiembre, existen coincidencias, exceptuando la parte en la que Tomás Zerón, quien se encuentra en Israel mientras se busca su extradición a México, negó que existiera “una sola evidencia de la participación del Ejército” en los hechos y aseguró que en su investigación hubo movilizaciones policiales ante asistentes al "evento" y un enfrentamiento en el que dos murieron abatidos y otro resultó herido de gravedad.
La actual versión señala la participación de elementos de Marina y el conocimiento de lo hecho en el basurero de Cocula, donde habría depositados los restos de las víctimas de desaparición forzada tras ser quemados.
También indican que autoridades de los tres niveles gubernamentales sabían todo lo sucedido esa noche, e incluso indican que la Defensa Nacional infiltró al soldado Julio César López Patolzin en la normal rural para "labores de inteligencia", y posteriormente fue desaparecido con los normalistas "sin que sus mandos hicieran algo al respecto para salvarlo a él y a los estudiantes".
Otra discrepancia entre las versiones, es que la “verdad histórica” señala que todos los detenidos fueron entregados en la comandancia de Iguala para posteriormente ser sustraídos por policías municipales de esa localidad y de Cocula, y entregarlos en Loma de Coyotes al grupo criminal conocido como Guerreros Unidos, del que presuntamente formaban parte José Luis Abarca y María de los Ángeles Pineda.
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Por su parte, el gobierno de AMLO asegura que una parte de los normalistas fue llevado a Loma de Coyotes, mientras que los que fueron previamente detenidos por la policía de Huitzuco fueron llevados hacia ese municipio.
¿En qué se basa la verdad histórica expuesta por Murillo Karam?
Dicha verdad histórica se basa en declaraciones de Felipe Rodríguez Salgado, conocido como “El Terco” o “El Cepillo”, presunto miembro de Guerreros Unidos, quien habría participado en el secuestro, homicidio y desaparición de los 43 estudiantes normalistas de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, la noche del 26 al y el 27 de septiembre de 2014.
También se sustenta en dichos de Patricio Reyes Landa, "El Pato"; Jonathan Osorio Gómez, “El Jona, y Agustín García Reyes, “El Chereje”, quienes fueron los primeros detenidos.
De acuerdo con Tomás Zerón, Felipe Rodríguez Salgado fungía como Jefe de sicarios de Guerreros Unidos. En coordinación con el subdirector de la Policía Municipal de Cocula, César Nava González, y su grupo de policías, facilitaban el trasiego de droga y evitaban que grupos antagónicos tuvieran presencia en el municipio.
Su detención fue clave dentro de la investigación porque todos los testimonios lo señalan como quien dirigió la operación, conduciendo a las víctimas hasta el basurero, interrogándolas y dando la orden de ejecutarlas e incinerarlas.
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