Entregan a México vestigios prehispánicos y carta de Hernán Cortés

CIUDAD DE MÉXICO.- Durante la mañana de este domingo fue realizada una ceremonia en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en la que el Cónsul General de México en Nueva York, Jorge Islas López, entregó piezas históricas de incalculable valor al Instituto Nacional de Antropologá e Historia (INAH) y al Archivo General de la Nación (AGN).

Las piezas consisten en tres bienes arqueológicos de origen prehispánico y un documento perteneciente al conquistador español Hernán Cortés.

El primero de los vestigios se trata de una máscara elaborada en roca metamórfica que representa el rostro de un personaje de expresión adusta, sin pelo, con la boca abierta mostrando los dientes. La máscara muestra rasgos propios del estilo escultórico olmeca, desarrollado en la Costa del Golfo de México durante el periodo Preclásico mesoamericano.

México

¡Época prehispánica! Este fue el impactante hallazgo que encontraron en la avenida Chapultepec en CDMX

Te puede interesar: Senadores exigen a Yasmín Esquivel no presentarse en elección de la SCJN

El segundo es una escultura antropomorfa elaborada en basalto y que representa a un personaje sedente, que porta un tocado conocido en la literatura arqueológica como 'de papel', orejeras y ajorcas. Muestra rasgos propios del estilo escultórico mexica, desarrollado en el Altiplano Central mexicano.

Por último, fue entregada una carta de Hernán Cortés, marqués del Valle, dirigida a Pedro de Castilleja, en las minas de Zumpango, Quaonauac (Cuernavaca), perteneciente al acervo del Archivo General de la Nación (AGN) recuperada por la Unidad de Tráfico de Antigüedades de la oficina del Fiscal del Distrito de Manhattan, Nueva York.

Dicho documento es una carta escrita por Cortés en 1539 a Castilleja, a través de la cual le otroga instrucciones para prohibir el acceso a las minas a cualquier esclavo o minero que trabajara para Andrés de Barrios, señalando además que si el Alcalde de la localidad llegaba a solicitar que se admitiera a Barrios o a alguno de sus hombres, debía pedir a la Real Audiencia que lo impidiera.