Indígenas exigen justicia por violación de sus derechos humanos durante la "guerra sucia"

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS.- Un grupo de campesinos indígenas denunciaron la falta de justicia respecto a las violaciones de derechos humanos que afectaron a diversos grupos vulnerables durante la represión estatal entre las décadas de 1960 a 1990, también conocida como "guerra sucia".

Durante una manifestación organizada por el Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico (MEH) en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, las comunidades indígenas de las etnias choles, tzotziles, zoques y tojolabales afirmaron que no se quedarán con los brazos cruzados y seguirán exigiendo justicia.

Durante ese período, fueron testigos de graves violaciones a los derechos humanos, pero sus casos quedaron en el olvido sin que se haya hecho justicia incluso después de 50 años de los acontecimientos.

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Manuel Pérez Sánchez, un sobreviviente y testigo de la matanza en Simojovel en 1985, relató cómo un conflicto agrario desencadenó la muerte de ocho indígenas, dejando varios heridos y encarcelados.

De acuerdo con él, la policía de seguridad pública y los agentes judiciales del Estado, bajo la dirección del subprocurador Javier León Hernández y en colaboración con el líder local, tendieron una trampa a los habitantes.

Sin medir diálogo comenzaron a disparar con armas de grueso calibre contra el grupo indefenso que no portaba armas más que machetes”, dijo.

También compartieron sus experiencias las víctimas del desplazamiento forzado debido a la intolerancia religiosa, como el caso de la familia de Ibrahim CheCheb, un tzotzil que se convirtió al islam y que narró la muerte de su abuelo Miguel Gómez Hernández, un promotor de la religión evangélica en la comunidad tzotzil.

María Teresa Campos Flores, una mujer trans y defensora de los derechos humanos de la comunidad LGTB+, contó que entre 1984 y 1987 se cometieron numerosas injusticias y asesinatos en contra de la comunidad gay.

Que este testimonio sirva, se busquen y abran los archivos que esclarezcan los hechos, se deje de encubrir a los perpetradores y se garantice el principio de no repetición y para quienes escuchen, sepan, conozcan lo sucedido y recuerden no callar", indicó.