Las tarjetas departamentales crecen cada vez más en México

De acuerdo a la más reciente Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, la cifra de adultos mexicanos con una tarjeta departamental ya alcanzaría los 18 millones de personas.

El comercio en México se mantiene en constante evolución, transitando distintas tendencias con las que los negocios y clientes son capaces de mantener un intercambio adaptado a las necesidades del momento. Las tarjetas de crédito departamentales son un ejemplo claro de esto, pasando de ser una novedad a uno de los métodos de pago más populares del país en solo unos años.

Actualmente, a medida que el comercio comienza a volver a niveles similares a los vistos antes de la pandemia, y mientras la inflación sigue creciendo a un ritmo estable, estas tarjetas estarían ganando mayor relevancia. Esto se debe a que no solo son un método de pago conveniente, sino también un instrumento financiero diseñado para crear un historial de crédito.

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Así lo confirmó la más reciente Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, elaborado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNVB), donde se explica que la cifra de adultos mexicanos con una tarjeta departamental ya alcanzaría los 18 millones de personas, casi el doble de las que cuentan con una tarjeta de crédito bancaria (9,9 millones).

La cifra de crecimiento, impresionante debido al contraste que tiene si se le compara con las herramientas de financiamiento tradicional, sería también superior a la registrada por los créditos de vivienda y automotrices, préstamos personales y de nómina. Se trata de una tendencia que demuestra en qué tipo de actividades prefieren endeudarse los mexicanos.

Esto también lo confirma la encuesta, explicando que el tipo de crédito más común en el país sería aquel diseñado por las tiendas por departamento para incentivar el consumo, agilizando posiblemente también el desarrollo de nuevas tendencias de pago como la denominada "compra ahora y paga después" ("buy now, pay later", BNPL).

Gracias a que estas estrategias se estarían utilizando para fomentar el consumo incluso en momentos complejos como el que atraviesa la economía mexicana como consecuencia de la pandemia y la invasión rusa sobre Ucrania, muchas empresas están incrementando sus inversiones para el desarrollo de servicios financieros que vayan “más allá”.

Un ejemplo de esto es el de Liverpool, que no solo se apoya en el e-commerce para incrementar sus ventas, sino que además utiliza las festividades de consumo, como habría ocurrido durante el Hot Sale según el medio Expansión, para posicionar el uso de sus tarjetas departamentales.

Así, al utilizar la tarjeta para comprar durante las ofertas de Liverpool no solo ahorrarían hasta 15% en prendas como blusas, playeras, shorts y vestidos, sino que además se obtendrían meses sin interés y una bonificación de 500 pesos en compras acumuladas que alcancen los 5,000 pesos.

Para muchos, uno de los grandes beneficios de utilizar este tipo de tarjetas es que son fáciles de solicitar, con poco papeleo y tiempos de espera prácticamente nulos. También son muy atractivas debido a que permiten crear un historial crediticio, algo que puede brindar un soporte de confiabilidad al momento de solicitar financiamiento bancario.

A pesar de esto, no son instrumentos perfectos, estando limitados al consumo en los establecimientos de las cadenas emisoras, al tiempo que son significativamente más costosas que las tarjetas de crédito tradicionales: mientras que los mexicanos pueden pagar intereses de hasta el 70% anual con las tarjetas departamentales, las tarjetas tradicionales manejan márgenes no superiores al 65%.

Estas se están convirtiendo en una de las grandes sorpresas del mercado minorista en México, sin embargo, su expansión en el país responde tanto a variables económicas complejas, como a cambios de tendencia, que merecen un estudio profundo.