Sembraron árboles hace 5 años, y renació un manantial en Tlalpan, en la Ciudad de México
El objetivo principal ha sido proteger los árboles jóvenes de las amenazas de la tala ilegal y de las plagas, así como de los cazadores furtivos de animales.
CIUDAD DE MÉXICO.-En las tierras de Tlalpan, Ciudad de México, un manantial que parecía haber perdido toda esperanza de vida ha resurgido con fuerza, gracias a la dedicación de la comunidad local y a la poderosa influencia de los árboles.
Hace cinco años, un grupo de ejidatarios decidieron emprender un proyecto de reforestación, plantando 20.000 pinos en la comunidad de Viborillas, junto al majestuoso Ajusco, señala un reportaje del portal UNO TV.
Lo que parecía ser una apuesta arriesgada se ha transformado en un ejemplo de éxito en la conservación hídrica y el cuidado del medio ambiente.
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Don Pedro, un habitante de la comunidad, sorbe confiado un vaso de agua proveniente del arroyo cercano.
Afirma que confía plenamente en su potabilidad, gracias a la influencia benéfica de los árboles que lo rodean.
Los árboles son los verdaderos captadores de agua", declara, señalando que estos gigantes verdes filtran y purifican el agua, liberándola del veneno que se acumula en el aire.
La comunidad de Viborillas, en estrecha colaboración con la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural, ha puesto en marcha un esfuerzo minucioso para asegurar el éxito de la reforestación.
Su objetivo es proteger los árboles
El objetivo principal ha sido proteger los árboles jóvenes de las amenazas de la tala ilegal y de las plagas, así como de los cazadores furtivos de animales.
La dedicación de la comunidad y las medidas de protección han dado sus frutos: el agua fluye en al menos 17 puntos a lo largo de todo el año, alimentando el arroyo con vitalidad constante.
El verdadero espectáculo ocurre durante la temporada de lluvias, cuando la captación de agua se incrementa de manera impresionante.
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Gotas de lluvia que caen suavemente sobre las hojas de los árboles y se filtran a través de las capas de tierra y roca, finalmente llegan al manantial revitalizado. Es un proceso que conecta los elementos de la naturaleza en una danza sincronizada de vida y sostenibilidad.
"Los árboles y el agua tienen una relación simbiótica", afirma Juan Rivas, experto en recursos naturales. "La reforestación no solo protege la capa de ozono y fomenta la biodiversidad, sino que también controla la erosión del suelo".
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