Mujer de Houston que ahogó a sus hijos en una bañera se niega a salir del hospital psiquiátrico

HOUSTON.- Andrea Yates confesó haber ahogado a sus cinco hijos pequeños hace más de dos décadas. El crimen tuvo lugar en la bañera de su casa en Houston. En aquel entonces tenía 36 años de edad, pero había antecedentes de enfermedades mentales.

De acuerdo a Indepent, Yates fue sentenciada por el Tribunal del Departamento de Justicia Criminal en Texas en el 2002. Se determinó que merecía cadena perpetua, pero que tendría la posibilidad de libertad condicional pasados cuarenta años.

No obstante, un abogado apeló el veredicto en el 2006 porque se comprobó que ella sufría depresión posparto y esquizofrenia. Ese mismo año se le concedió libertad bajo fianza con la condición de que ingresara a un centro de tratamiento para la salud mental de alta seguridad.

Fue en el año 2001 cuando la madre asesinó a sus hijos. Primero ahogó a Luke de dos años; luego a Paul, de tres; después a John, de cinco. Continuó con su bebé, Mary, de tan solo 6 meses. Finalmente acabó también con la vida de Noah, su hijo mayor.

Deliraba con la idea de asesinar a sus hijos desde dos años antes

Ella misma fue quien llamó a la policía después de asesinar a los niños y envolverlos en una sábana. Le pidió a su marido también que volviera a casa. Él dijo que Andrea había intentado suicidarse dos veces, y ella también confesó que desde hacía dos años deliraba con la idea de matar a sus hijos.

Cuando estuvo en la cárcel le dijo a su psiquiátra:

Fue el séptimo pecado capital. Mis hijos no eran justos. Se equivocaban porque estaba mal la forma en que los estaba criando, ellos nunca podrían salvarse. Estaban condenados a perecer en las llamas del infierno. Satanás influyó en mis hijos y los hizo más desobedientes.

Actualmente tiene 57 años y recibe una revisión anual por parte del Estado para darle la posibilidad de salir del hospital en el que ha vivido por tantos años. Pero, según informó la revista People, ella se niega siempre a presentarse a la audiencia. Su abogado cree que ella está donde quiere estar, y que de igual manera no tendría a dónde ir.