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Instituto de París infestado de chinches se rehusa a cerrar: "Es un escándalo", dicen docentes

El Rectorado de París, la autoridad regional educativa, optó por mantener las clases de este centro situado en el Sureste de la capital, a pesar de que estos insectos fuesen detectados el miércoles.

PARÍS, Francia.- "Es un escándalo", expresó Dominique Garou, maestra de matemáticas y ciencias en el instituto Elisa-Lemonnier de París, al constatar que el centro permanece operativo a pesar de la presencia de chinches.

Al igual que muchos de sus compañeros y estudiantes, Garou se negó a ingresar a la sala de clases en este instituto, que es el primero en la bulliciosa capital francesa en verse afectado por esta plaga que ha estado preocupando a los franceses durante la última semana.

El Rectorado de París, la autoridad regional educativa, optó por mantener las clases de este Centro situado en el Sureste de la capital, a pesar de que estos insectos fuesen detectados el miércoles.

Hasta la mañana de este viernes, Francia tenía cinco centros educativos cerrados por la presencia de estos insectos, según el Ministerio de Educación.

En las últimas semanas, la presencia de los chinches, que se alimentan de la sangre humana, se expandió rápidamente por París, convirtiéndose en un problema de salud pública, como lo calificó el Ayuntamiento de París que lidera la socialista Anne Hidalgo, quien pidió ayuda al Estado francés.


Las causas del aumento de la presencia de los chinches son variadas, entre ellas figura el alza desde 1990 de los viajes internacionales. Igualmente, también se vinculan con el comercio de segunda mano y la mayor resistencia a los insecticidas.

Aseguran que, por el momento, las chinches no generan transmisión de enfermedades

A pesar de la alarma social que se ha disparado en las últimas jornadas, fuentes oficiales como el Ministerio de Salud francés recuerdan que "por el momento los chinches no son vectores de transmisión de enfermedades", aunque sí que pueden resultar molestos para conciliar el sueño.


A las puertas del instituto parisino Elisa-Lemonnier, una imagen poco usual se produjo esta mañana. Varios grupos de estudiantes y profesores discutían qué hacer frente a la plaga. La práctica totalidad de los docentes, así como casi todo el alumnado, decidieron que no cruzarían las puertas del centro.


"Apoyo a todos mis colegas e insto también a los estudiantes (a que no asistan a clase)", afirmó Garou. "Para que no entren en el colegio sus familias y para nuestros compañeros, nuestras familias también. Me parece escandaloso", justificó esta docente.


Por el momento, reina la incertidumbre, pues los docentes no saben si sufrirán reprimendas por acogerse a su derecho a ausentarse del trabajo, siempre bajo motivos justificados, como el riesgo para su salud, como aluden en este caso.


"El Rectorado nos amenaza con quitarnos el sueldo, pero hemos asumido nuestras responsabilidades y estoy orgulloso de ello", contó Thomas Ballion, profesor de historia y geografía en este instituto infestado, donde hay inscritos alrededor de 1.400 estudiantes y 150 profesores.


Segundo día con escasa actividad educativa

Esta es la segunda jornada en la que casi no ha habido actividad docente en este centro de la capital gala, después de que el miércoles saltaran las primeras señales de alarma.


Si ayer (por jueves) hubiéramos cedido a las presiones de la autoridad educativa, habríamos estado dando clase en una escuela que ahora hemos sabido que está infestada (de chinches)", argumentó Ballion.


"Eso significa que ayer por la tarde habría habido docenas, quizá cientos, de jóvenes y adultos que se habrían ido a casa por toda la ciudad con chinches", denunció este profesor.


La dirección del instituto sostuvo que ya está tomando las medidas pertinentes para recuperar la actividad habitual del centro, desinfectando los espacios.


Por el momento decidieron cerrar los espacios en los que se detectó la presencia de estos parásitos del tamaño de una semilla de manzana, considerando así seguro el espacio para la realización de la docencia.


Los docentes aseguraron que quieren trabajar, pero siempre que se garanticen las medidas sanitarias oportunas. "Venimos aquí todos los días", explicó Franck Monchal, profesor de francés e historia en el instituto parisino afectado.


Mientras el Rectorado siga permitiendo la apertura de este centro, los docentes y el alumnado discutirán en asamblea qué acciones realizar.


Nadie se atreve a decir qué es lo que ocurrirá el próximo lunes, cuando supuestamente los estudiantes deben regresar al centro.

"No te puedo dar una respuesta por adelantado, pero en todo caso te puedo decir que vendremos", dijo Monchal.

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