Se espera una peligrosa temporada de huracanes en el Atlántico en 2024, impulsada por La Niña y un océano cálido
Dos factores principales contribuyen a esta actividad: un Atlántico tropical cálido y un Pacífico oriental frío.
La temporada de huracanes en el Atlántico de 2024, que comienza el 1 de junio, se perfila como una de las más activas registradas, según los pronósticos de expertos. El Centro Nacional de Huracanes predice entre 17 y 25 tormentas con nombre, de ocho a 13 huracanes y de cuatro a siete huracanes mayores para finales de noviembre. Este es el mayor número de tormentas con nombre en cualquier pronóstico de pretemporada de la NOAA.
Otros pronósticos, como el de la Universidad Estatal de Colorado, anticipan 23 tormentas con nombre, 11 huracanes y cinco huracanes mayores. El Centro Europeo de Pronósticos Meteorológicos a Medio Plazo espera 21 tormentas con nombre.
¿Por qué habrá tantos huracanes?
Dos factores principales contribuyen a esta actividad: un Atlántico tropical cálido y un Pacífico oriental frío. Durante el verano, las aguas cálidas del Atlántico proporcionan energía térmica que favorece la formación de huracanes. En 2024, las temperaturas del Atlántico han roto récords y se espera que sigan altas, impulsadas por el calentamiento global y la fase cálida de la Oscilación Multidecadal del Atlántico (AMO).
Simultáneamente, el fenómeno La Niña en el Pacífico oriental promueve condiciones favorables para la formación de huracanes en el Atlántico al debilitar los vientos alisios y reducir el cizallamiento del viento vertical. Este dúo oceánico, similar al efecto de saltar en un trampolín con varias personas, puede aumentar significativamente la actividad de huracanes.
El pronóstico para 2024 recuerda a la temporada récord de 2020, cuando se formaron 30 tormentas con nombre, 13 huracanes y seis huracanes mayores, debido a la influencia conjunta de La Niña y altas temperaturas del Atlántico. Se espera que 2024 siga una tendencia similar, con una temporada larga y activa.
Es crucial recordar que, incluso en condiciones moderadamente desfavorables, las tormentas pueden intensificarse si encuentran aguas oceánicas cálidas, como ocurrió con el Huracán Dorian en 2019. Los preparativos y la vigilancia serán esenciales para enfrentar la potencialmente devastadora temporada de huracanes de 2024.
Artículo original publicado en The Conversation
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