Ataque israelí deja al menos 50 muertos en campamento de desplazados en Rafah

ISRAEL.-Al menos 50 palestinos han fallecido la madrugada de hoy en un bombardeo israelí sobre un campamento de desplazados en Tal al Sultan, un barrio del noroeste de Rafah, según confirmó el Ejército israelí. El ataque tenía como objetivo a dos altos cargos de Hamás, identificados como Yassin Rabia y Khaled Nagar.

Un portavoz del Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, calificó el suceso como una “atroz masacre” y señaló que, además de los fallecidos, decenas de personas resultaron heridas, la mayoría de ellas niños y mujeres. Las fuerzas israelíes justificaron la operación afirmando que se basó en “inteligencia precisa” y tenía como blanco a los responsables de la planificación y ejecución de ataques terroristas contra Israel.

El Ejército israelí afirmó que Yassin Rabia gestionaba la actividad terrorista de Hamás en Cisjordania y era responsable de varios atentados desde la Segunda Intifada. Por su parte, Nagar era conocido por dirigir ataques y financiar actividades terroristas desde la Franja de Gaza.

Israel dice que pudieron haber muerto civiles

Imágenes difundidas en redes sociales palestinas muestran un gran incendio provocado por el bombardeo, que arrasó las tiendas de campaña en las que se alojaban los desplazados. Israel ha reconocido que el ataque pudo haber herido a varios civiles y señaló que el incidente está bajo revisión.

La tragedia en Rafah ocurre tras el lanzamiento de ocho cohetes por parte de Hamás hacia el centro de Israel, incluido Tel Aviv, que no causaron daños graves. En respuesta, el Ministerio de Sanidad de Gaza denunció el uso de “herramientas de matanza en masa” y la devastadora situación humanitaria en la Franja de Gaza, donde la población enfrenta escasez de agua, alimentos, medicinas y electricidad.

El ataque ha generado una ola de protestas en Cisjordania, con cientos de palestinos manifestándose en ciudades como Yenín y Tulkarem. La Autoridad Nacional Palestina condenó el bombardeo, describiéndolo como un “ataque deliberado” contra civiles que requiere una intervención urgente para detener los crímenes contra el pueblo palestino.