Utilizan autobiografía escrita de Hunter Biden en su juicio por consumo de drogas

Washington.- El juicio de Hunter Biden, hijo del presidente Joe Biden, ha sacado a la luz detalles comprometidos sobre su vida personal y su lucha contra la adicción a las drogas.

Acusado de posesión de armas de fuego y de haber mentido en un formulario federal al negar su consumo de drogas, el caso ha atraído mucha atención mediática y ha sido seguido de cerca por la primera dama, Jill Biden, y otros miembros de la familia Biden, quienes han asistido para mostrar su apoyo.

Jill Biden ha estado presente casi todos los días del juicio, mostrando su apoyo a Hunter. Durante los testimonios de los fiscales, que describieron a su hijo como alguien impulsado por las adicciones, Jill se ha mantenido en silencio y sin mostrar emociones. Ha aprovechado las pausas para hablar brevemente con Hunter y darle palabras de aliento.

Tres exparejas de Hunter Biden han subido al estrado para testificar sobre su consumo de drogas. Kathleen Buhle, su exesposa, relató cómo encontró una pipa para fumar crack en julio de 2015.

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Hallie Biden, viuda de Beau Biden, describió cómo Hunter consumía drogas durante su relación y cómo encontró el arma de fuego que está en el centro del caso.

Zoe Kestan, quien conoció a Hunter en un club de striptease, relató que él fumaba crack frecuentemente cuando se hospedaban juntos en un hotel.

La defensa de Hunter Biden ha argumentado que los fiscales no han probado que él consumiera drogas durante los 11 días en que tuvo el arma.

Han intentado cuestionar la fiabilidad de los testimonios y las pruebas presentadas, sugiriendo que hay otras posibles explicaciones para los grandes retiros de efectivo que Hunter hizo, como pagos de matrícula, vivienda o pensión alimenticia.

También han señalado que las autoridades no realizaron un examen financiero forense para rastrear el dinero.

Autobiografía utilizada como evidencia en el juicio

Aunque Hunter no ha testificado, su autobiografía “Beautiful Things” ha sido utilizada como evidencia. En este libro, Hunter describe su lucha contra la adicción al crack y otros problemas personales.

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Los fiscales han mostrado varias fotografías personales tomadas con el teléfono de Zoe Kestan, que muestran a Hunter en situaciones comprometedoras y vulnerables.

Naomi Biden, hija de Hunter, también testificó sobre su visita a su padre en un centro de rehabilitación en agosto de 2018, meses antes de la compra del arma.

Su testimonio parecía diseñado para mostrar que Hunter había superado su adicción durante ese período. Sin embargo, los fiscales presionaron a Naomi sobre los detalles de su encuentro con su padre en octubre, después de que él comprara el arma.

El juicio ha tenido un fuerte impacto emocional, especialmente cuando se leyeron mensajes personales entre Hunter y su hija, dejando a ambos emocionados.

La defensa ha mencionado la posibilidad de llamar a otros miembros de la familia Biden como testigos, lo que podría revelar más mensajes personales al jurado.

La atención pública y el escrutinio mediático sobre el caso subrayan la tensión emocional y la presión que enfrenta la familia Biden durante este proceso.