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¿Los memes contaminan? Un nuevo estudio lo confirma

Estudio advierte sobre el creciente impacto de los datos no utilizados y la necesidad urgente de reducir la huella de carbono digital

¿Los memes contaminan? Un nuevo estudio lo confirma

CIUDAD DE MÉXICO.- Un reciente estudio de Ian Hodgkinson, citado por el diario británico The Guardian, dio a conocer una inquietante realidad sobre los efectos ambientales del consumo digital.

Según Hodgkinson, profesor de estrategia en la Universidad de Loughborough, compartir memes y otros datos en la nube podría estar contribuyendo significativamente al cambio climático, ya que estos datos se convierten en “datos oscuros” que impactan negativamente en el medio ambiente.

¿Qué son y cómo afectan al medio ambiente?

Los “datos oscuros” se refieren a la información digital que se almacena en sistemas, pero que rara vez o nunca se consulta ni se utiliza después de su almacenamiento inicial. Este término abarca una amplia gama de datos, desde archivos y documentos que se guardan en la nube hasta correos electrónicos, memes, fotos, videos y otros tipos de contenido digital.

El estudio revela que una gran parte de los datos almacenados en la nube son de uso único y nunca se vuelven a visitar. Estos datos permanecen en centros de datos, consumiendo energía y generando una huella de carbono considerable.

Para el año 2030, se anticipa que los centros de datos representen casi el 6% del consumo total de electricidad en el Reino Unido, lo que subraya la urgencia de abordar este problema en la lucha contra la crisis climática.

Hodgkinson ha estado investigando el impacto ambiental de los datos digitales durante los últimos años.

En realidad, empecé hace un par de años con el objetivo de intentar comprender el impacto ambiental negativo que pueden tener los datos digitales”, dijo.

“Y, en principio, puede que sea una pregunta bastante fácil de responder, pero resulta que, en realidad, es mucho más compleja. Sin duda, los datos tienen un impacto ambiental negativo”

El estudio revela que el 68% de los datos utilizados por las empresas nunca se vuelven a utilizar, y se estima que los datos personales siguen una tendencia similar.

Si pensamos en los individuos y la sociedad de manera más amplia, lo que encontramos es que muchos todavía asumen que los datos son neutrales en carbono, pero cada pieza de información, ya sea una imagen, una publicación de Instagram, lo que sea, tiene una huella de carbono asociada."

“Por eso, cuando almacenamos cosas en la nube, pensamos en una nube blanca y esponjosa, pero la realidad es que estos centros de datos son increíblemente calurosos y ruidosos y consumen una gran cantidad de energía”.

Este es el impacto energético de los datos en la nube

Un solo meme puede no tener un impacto drástico, pero el acumulado de millones de imágenes y datos no utilizados en nuestros dispositivos tiene una repercusión significativa en términos de consumo de energía.

“Una sola imagen no va a tener un impacto drástico. Pero, por supuesto, si miras tu propio teléfono y ves todas las imágenes antiguas que tienes, acumuladas, eso crea una impresión bastante grande en términos de consumo de energía”.

El estudio también revela que los operadores de la nube y las empresas tecnológicas tienen un incentivo financiero para evitar la eliminación de datos obsoletos, ya que el almacenamiento adicional se traduce en mayores ingresos.

Estamos pagando por ese almacenamiento. Ahora, en realidad, estás pagando por algo que nunca volverás a usar, porque ni siquiera sabes que existe. Y cuando pensamos en los costos significativos que tiene en términos financieros, pero también en el medio ambiente, en el panorama general… no estamos logrando la trayectoria requerida para alcanzar ese objetivo cero en 2050″, advierte Hodgkinson

Para mitigar el impacto de los datos digitales, Hodgkinson sugiere reducir el envío de correos electrónicos innecesarios y evitar el uso del botón de “responder a todos”.

“Una [cifra] que suele circular es que por cada correo electrónico estándar, eso equivale a unos 4 g de carbono. Si pensamos en la cantidad de lo que llamamos principalmente ‘datos heredados’ que tenemos”, explica.

Si pensamos que nuestro correo electrónico o los datos que generamos son neutros en carbono, nunca nos plantearemos la pregunta: ‘Si hago X, ¿cuál es la consecuencia?’.

Por eso, cuando pensamos en diferentes tipos de análisis, pensamos en cosas como ChatGPT, por ejemplo. De nuevo, muchas personas creen que es neutro en carbono, pero no lo es. Por eso, plantearnos esas preguntas que nunca antes nos hemos planteado en las organizaciones y en las personas puede marcar una gran diferencia en el cambio de comportamiento”.

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