47 años de la sonda espacial Voyager de la NASA
Tras 47 años de avances en la ciencia, la sonda espacial simboliza uno de los hechos más grandes para la astronomía.
El 20 de agosto de 1977, la NASA lanzó la sonda espacial Voyager 2, mientras que la Voyager 1 partiría el 5 de septiembre del mismo año, dos de las misiones espaciales y científicas más ambiciosas de la historia, que además prometían revelar los secretos y vistas a nuevos planetas.
Con características bastante particulares, estas sondas son reliquias que han recopilado años de información sin la que no se podría ver igual el espacio, manteniendo curiosamente una cantidad de espacio menor a la de un teléfono celular.
¿Por qué fueron tan importantes?
Diseñadas para aprovechar la alineación de los planetas, las sondas partieron hacia un viaje sin precedentes dentro del sistema solar y con ellos, a lo largo de décadas, han logrado revolucionar todo lo que sabemos del cosmos.
Las Voyager fueron las primeras naves en ofrecer un vistazo detallado de los planetas lejanos del Sistema Solar. La Voyager 1 estudió a Jupiter y Saturno, mientras que la número 2 se enfocó en Urano y Neptuno. Dentro de la gran recopilación de datos sin precedentes, los científicos pudieron observar volcanes activos en una luna de Jupiter además del funcionamiento de los anillos de Saturno.
Junto a su pasar a través de los planetas lejanos, se descubrieron una gran cantidad de lunas que estaban alrededor de ellos además de descubrir que Jupiter también tenía anillos, algo que quitó aquella percepción de que eran algo exclusivo de Saturno.
La Voyager 2 en su paso por Neptuno, reveló que el planeta tiene vientos increíblemente rápidos, alcanzando velocidades de hasta 2100 kilómetros por hora.
Ambas misiones superaron las expectativas que la NASA había puesto sobre ellas y hasta el día de hoy continúan enviando información valiosa a la Tierra a pesar de estar a más de 20 mil millones de kilómetros de distancia.