El adiós a Alberto Fujimori: Un líder que dividió a Perú
Perú despide a Alberto Fujimori entre homenajes solemnes y controversias, reflejando la profunda división que su figura dejó en la historia del país
Este sábado, Perú despidió a Alberto Fujimori, el exmandatario que gobernó el país de 1990 a 2000.
El exlíder peruano fue recordado con honores de Estado en el palacio de gobierno antes de ser trasladado a un cementerio en el este de Lima.
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La presidenta Dina Boluarte encabezó en silencio el último acto oficial en memoria de Fujimori, quien fue reconocido por su papel en el combate al terrorismo y su influencia en la política del país.
Fujimori es una figura controversial que, aunque admirado por muchos, también fue condenado a prisión por crímenes de lesa humanidad, cumpliendo 16 años de una condena de 25 antes de recibir un indulto en diciembre pasado.
Un velorio privado en el Gran Teatro Nacional mientras cientos lo despiden desde las calles
El cuerpo de Fujimori fue velado en el Gran Teatro Nacional de Lima, un recinto con capacidad para 1,500 personas.
Solo los familiares y allegados más cercanos pudieron ingresar al edificio, donde se colocó un altar con rosas blancas y una imagen a gran escala del exmandatario.
Afuera del teatro, cientos de simpatizantes se reunieron para seguir el acto religioso desde una pantalla gigante.
Keiko Fujimori rinde homenaje a su padre y simpatizantes defienden su legado
Durante el homenaje, Keiko Fujimori, hija del exmandatario, expresó palabras llenas de emoción, agradeciendo a su padre por su sacrificio y declarando que, después de tantos años de prisión, ahora era libre del odio y la venganza.
Keiko destacó la lucha de su padre contra la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso, grupo que aterrorizó al país durante los años noventa.
Simpatizantes como Édgar Grados, un comerciante que viajó más de 100 kilómetros para despedir al exlíder, destacaron el legado de Fujimori, subrayando su firmeza frente al terrorismo y afirmando que su influencia continuará marcando la historia política de Perú.
Sentenciado por crímenes graves y liberado por razones humanitarias
De acuerdo con La Jornada, Alberto Fujimori fue sentenciado a 25 años de prisión por crímenes cometidos durante su mandato, incluidos homicidio y secuestro.
Los casos más conocidos son las masacres de Barrios Altos y La Cantuta, donde 25 personas fueron ejecutadas por un escuadrón militar que combatía a Sendero Luminoso.
Sin embargo, en diciembre pasado, fue liberado por razones humanitarias debido a su deteriorada salud.
A pesar de su condena, Fujimori siempre mantuvo su inocencia. Su familia y seguidores argumentan que sus acciones fueron necesarias para pacificar al país durante una de sus etapas más violentas.
Entre elogios por su lucha contra el terrorismo y críticas por violaciones a los derechos humanos
Fujimori llegó al poder en 1990 al derrotar al escritor Mario Vargas Llosa, y desde entonces, su figura ha generado divisiones profundas en la sociedad peruana.
Durante su mandato, se enfrentó a una economía en crisis y a la amenaza del terrorismo, pero su enfoque autoritario y su decisión de disolver el Congreso generaron fuertes críticas.
El gobierno peruano declaró tres días de duelo en su honor, sin embargo, la despedida del exmandatario fue un recordatorio de la polarización que sigue vigente.
Aunque muchos lo consideran un héroe por su lucha contra el terrorismo, otros recuerdan con dolor las graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante su gobierno.
Organismos de derechos humanos lamentaron que Fujimori no pidiera perdón antes de su fallecimiento.
Un final sin reconciliación
Para las familias de las víctimas, la muerte de Fujimori deja un vacío en términos de justicia y reconciliación.
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Salomón Lerner Febres, expresidente de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, lamentó que el exmandatario partiera sin ofrecer disculpas a quienes sufrieron las consecuencias de su gobierno.
Aunque reconoció que Fujimori realizó contribuciones importantes al país, también señaló que su liderazgo estuvo marcado por decisiones que no estuvieron a la altura de su cargo, el adiós a Alberto Fujimori refleja las profundas divisiones que aún persisten en Perú.
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