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Madre condenada por homicidio involuntario tras la muerte de sus cuatro hijos en un incendio en Reino Unido; los dejó solo mientras iba de compra

Laurie-Anne Power KC, abogada defensora de Rose, señaló que los problemas de salud mental de su cliente habían afectado gravemente su capacidad para cuidar de sus hijos y de sí misma.

Madre condenada por homicidio involuntario tras la muerte de sus cuatro hijos en un incendio en Reino Unido; los dejó solo mientras iba de compra

Deveca Rose, de 30 años, fue declarada culpable hoy de homicidio involuntario tras la trágica muerte de sus cuatro hijos pequeños en un incendio que arrasó su hogar en Sutton, al suroeste de Londres, el 16 de diciembre de 2021. Rose había dejado a sus dos pares de gemelos solos en casa para ir al supermercado Sainsbury’s, cuando el fuego se desató debido a un cigarrillo o una vela encendida en la sala de estar. Los niños, Kyson y Bryson Hoath, de cuatro años, y Leyton y Logan Hoath, de tres años, quedaron atrapados dentro de la vivienda, informó el Daily Mail.

El jurado del tribunal de Old Bailey deliberó durante tres horas y 22 minutos antes de declarar a Rose culpable de cuatro cargos de homicidio involuntario por una mayoría de 11 a uno. No obstante, fue absuelta del cargo de crueldad infantil. La madre, que se había separado de su pareja y sufría problemas de salud mental, negó haber cometido los delitos. El juez Mark Lucraft KC describió el caso como “trágico” y aplazó la sentencia hasta el 15 de noviembre, permitiendo que Rose siga en libertad bajo fianza hasta entonces.


El incendio

La noche del incendio, Rose había dejado a sus hijos solos en su casa adosada en Sutton, mientras ella iba al supermercado. De acuerdo con la fiscal Kate Lumsdon KC, cuando el fuego comenzó en la sala de estar —provocado por un cigarrillo o una vela de té— los niños, que jugaban en la planta baja, intentaron huir subiendo las escaleras. Desesperados, gritaron pidiendo ayuda, pero quedaron atrapados por las llamas y el humo.

Un vecino intentó derribar la puerta principal, pero no logró acceder a la vivienda. Cuando los bomberos llegaron, entraron con respiradores y encontraron los cuerpos de los cuatro niños debajo de las camas en el piso superior. Los niños fueron trasladados de urgencia a dos hospitales diferentes, pero lamentablemente fallecieron debido a la inhalación de humo esa misma noche.


Condiciones de vida deplorables

Durante el juicio, la fiscalía destacó las condiciones insalubres en las que vivían los niños. Según la fiscal Lumsdon, la casa estaba llena de basura y excrementos humanos. El baño y el inodoro no funcionaban, por lo que la familia utilizaba baldes y ollas como inodoros. Las malas condiciones en las que vivían los menores, sumadas al hecho de que habían sido dejados solos en la casa, fueron puntos clave en la acusación.

Los testimonios indicaron que Rose había dejado a los niños solos en casa en al menos dos ocasiones anteriores. En una de las entrevistas policiales posteriores al incendio, la madre admitió haberlos dejado sin supervisión, pero inicialmente afirmó que el día de la tragedia los había dejado al cuidado de una amiga llamada Jade. Esta información provocó que los bomberos regresaran a la vivienda para buscarla, pero tras una exhaustiva investigación policial, se concluyó que Jade no existía o no había estado en la casa ese día.

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Impacto familiar y antecedentes

El padre de los niños, Dalton Hoath, quien se había separado de Rose, expresó su devastación por la pérdida de sus hijos en una declaración presentada ante el tribunal. Describió a sus hijos como “jóvenes y bulliciosos muchachos” y aseguró que su vida había cambiado radicalmente tras la tragedia. Hoath también mencionó que, en ocasiones anteriores, Rose había dejado solos a los niños para ir a tiendas cercanas, lo que le generaba gran preocupación.

La bisabuela paterna, Sally Johnson, también testificó en el juicio, afirmando que sabía que Rose solía dejar a los niños sin supervisión en casa. Recordó haberla confrontado en varias ocasiones sobre esta situación, a lo que Rose respondía que solo se iba a una tienda cercana. Johnson contó que en varias ocasiones había llamado a la casa y uno de los niños, Kyson, contestaba el teléfono, diciendo que su madre estaba en la tienda.

Por su parte, Kerrie Hoath, la abuela paterna, describió a los niños como “educados, despreocupados y muy queridos”, pero recordó cómo Rose evitaba que ella entrara a la casa. En una ocasión, cuando le pidió a Rose usar el baño de la casa, esta le dijo que no, sugiriéndole que fuera al Tesco, una tienda al final de la calle.

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Fallas en el sistema de asistencia social

Durante el juicio, se reveló que las autoridades habían recibido alertas previas sobre las malas condiciones de vida de los niños. Georgia Singh, una trabajadora social asignada al caso, había expresado preocupación por el bienestar de la familia meses antes del incendio. Sin embargo, el caso fue cerrado tres meses antes de la tragedia. Singh reconoció que había señales de alarma sobre la capacidad de Rose para cuidar a sus hijos y las condiciones del hogar, pero asumió que otro trabajador social había atendido la situación después de su última visita en julio de 2021.

Además, se mencionó que una visitadora de salud también había expresado preocupación por la familia, pero no se le dio seguimiento cuando se jubiló, lo que dejó a los niños vulnerables. En el momento del incendio, los pequeños no habían asistido a la escuela durante tres semanas.


Problemas de salud mental de la madre

Rose asistió a gran parte del juicio de forma remota, por videoconferencia desde su casa, siguiendo un consejo médico. La defensa argumentó que Rose probablemente sufría de depresión y que podría haber tenido un trastorno de personalidad. No obstante, la fiscalía afirmó que sus problemas de salud mental no eran una excusa para dejar a los niños solos ni constituían una defensa válida en el caso de homicidio.

Laurie-Anne Power KC, abogada defensora de Rose, señaló que los problemas de salud mental de su cliente habían afectado gravemente su capacidad para cuidar de sus hijos y de sí misma. Sin embargo, el tribunal concluyó que estos problemas no justificaban su conducta negligente.

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