¿Cómo fue el primer Halloween de México?
Las personas del país la consideraban como algo ajeno a las tradiciones de México aunque de cierta forma similar a algo que ya se hacía en el Día de Muertos: pedir dulces.
Con el Halloween bastante cerca y con cada año ganando mucha más popularidad entre las celebraciones en México, un lugar en el que el 31 de octubre se ha vuelto algo impasable para los fans de los disfraces, los dulces y las historias de terror.
Durante la década de los 80, un creciente fenómeno se daba en el cine con probablemente las películas de terror más icónicas, en las que el Halloween era un elemento esencial para su desarrollo, tras esto la celebración estadounidense se convirtió en algo de escala mundial.
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¿Cómo fue su llegada a México?
La tradición de Halloween fue llevada a Estados Unidos por inmigrantes irlandeses durante el siglo XIX. A lo largo del siglo XX, la festividad evolucionó y adquirió su forma moderna, con el uso de disfraces, decoraciones y el famoso “trick or treat” (truco o trato).
En la misma década de popularización global, la festividad llegó a través de la televisión y con gran impacto comercial a México, donde en un inicio la tradición e influencia de los Estados Unidos tuvo una entrada sencilla pero a la vez con un rechazo notorio por la mayoría de los mexicanos.
Las personas del país la consideraban como algo ajeno a las tradiciones de México aunque de cierta forma similar a algo que ya se hacía en el Día de Muertos: pedir dulces.
Su adopción como festividad
La tradición de “pedir calaverita” durante el Día de Muertos existía mucho antes de la llegada de Halloween. Aunque hoy en día estas dos festividades se han mezclado, el origen de pedir dulces en México tiene raíces prehispánicas y coloniales.
Otra de las razones que retrasó la adopción de una nueva celebración fue el catolicismo dominante en el país, a medida que Halloween se popularizó en la década de los 80, algunas personas y grupos religiosos, particularmente católicos, lo consideraban una festividad que promovía valores contrarios a la fe cristiana, vinculándola a la adoración del diablo y lo oscuro.
Aunque tanto Halloween como el Día de Muertos comparten una temática relacionada con la muerte, el enfoque de cada festividad es diferente. Halloween tiene un tono más lúdico y festivo, enfocado en lo sobrenatural, los disfraces y las historias de terror, mientras que el Día de Muertos es una celebración profundamente espiritual y cultural.