Esto pasaría si hay un empate entre Kamala Harris y Donald Trump durante las elecciones de EU
Un posible empate en el Colegio Electoral abriría un inusual proceso de decisión en el Congreso.
ESTADOS UNIDOS.- — Con Kamala Harris y Donald Trump compitiendo en un reñido proceso electoral en 2024, un empate en el Colegio Electoral, donde ambos candidatos obtengan 269 votos, es una posibilidad real.
Esta situación es rara, pero ya ha ocurrido dos veces en la historia de los Estados Unidos, por lo que existe un mecanismo de “elección contingente”: en 1801, con Thomas Jefferson y Aaron Burr, y en 1825, cuando la Cámara eligió a John Quincy Adams a pesar de que Andrew Jackson había ganado más votos populares.
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¿Qué pasa en caso de un empate?
Si ningún candidato alcanza los 270 votos, la decisión recae en el Congreso, gracias a la Enmienda 12 de la Constitución. En este proceso, conocido como “elección contingente”, la Cámara de Representantes elige al presidente entre los tres candidatos con más votos del Colegio Electoral, mientras que el Senado selecciona al vicepresidente entre los dos candidatos con más votos para este cargo.
Cada estado en la Cámara de Representantes tiene un voto, y se necesita una mayoría de 26 votos estatales para designar al nuevo presidente. En el Senado, cada senador tiene un voto, y se requiere una mayoría simple para elegir al vicepresidente.
¿Es posible un empate en 2024?
Aunque es raro, el empate podría producirse si Harris y Trump ganan ciertos estados clave. Si Harris, como candidata demócrata, gana estados como Wisconsin, Michigan, Arizona y Nevada, pero pierde en Pensilvania y Georgia, el resultado podría ser un empate 269-269.
Los estados de Maine y Nebraska, que asignan votos individuales del Colegio Electoral por distrito congresional, también podrían jugar un papel crucial. En un escenario tan reñido, estos votos adicionales tendrían un peso significativo.
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¿Cuándo se realizaría una “elección contingente”?
Si se confirma un empate el 6 de enero, día en que el Congreso se reúne para contar los votos, los nuevos legisladores, quienes juraron cargo el 3 de enero, decidirían la presidencia y vicepresidencia.
La Cámara votaría por el presidente y el Senado por el vicepresidente.
¿Cómo funcionaría el proceso?
Cada delegación estatal de la Cámara tendría un voto para elegir al presidente, y se necesitaría la mayoría de los votos estatales (26) para alcanzar una decisión. Si no se logra una mayoría antes del 20 de enero, día de la toma de posesión, el vicepresidente electo por el Senado asumiría la presidencia de forma interina.
En caso de que tampoco haya un vicepresidente seleccionado, la presidencia temporal pasaría al siguiente en la línea de sucesión, que actualmente es el presidente de la Cámara, Mike Johnson.
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¿Quién tendría la ventaja en una elección contingente?
El proceso de elección contingente tiende a favorecer a los estados pequeños, ya que cada estado tiene un voto sin importar su tamaño poblacional. Así, estados como Wyoming y Delaware tendrían el mismo poder de decisión que California o Texas.
Actualmente, los republicanos controlan la mayoría de las delegaciones estatales en la Cámara, lo que podría darles una ventaja en caso de un empate. Sin embargo, en estados con delegaciones divididas, el voto podría ser incierto, dependiendo de la lealtad de cada miembro del Congreso a su candidato.
¿Por qué existe este sistema?
El sistema de elección contingente se originó como una mejora del proceso electoral. Originalmente, los electores del Colegio Electoral votaban por dos candidatos, el que recibía más votos se convertía en presidente y el segundo en vicepresidente.
Sin embargo, con el surgimiento de partidos políticos en 1800, esta dinámica causó un empate entre Thomas Jefferson y Aaron Burr, lo que condujo a la creación de la Enmienda 12 en 1804.
El complejo sistema de desempate en Estados Unidos, aunque raro y en ocasiones polémico, ofrece una salida constitucional a escenarios de empate, manteniendo un proceso de decisión en manos del Congreso. Con las elecciones de 2024 en camino, los votantes y los legisladores se preparan para cualquier posible desenlace, incluidos los más improbables.
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