Angela Merkel critica a Ucrania y culpa a occidente de las acciones de Vladimir Putin
Angela Merkel defendió su política exterior frente a las acusaciones de ser responsable de la invasión rusa de Ucrania.
ALEMANIA.-En una entrevista con Der Spiegel, realizada con motivo de la publicación de sus memorias, la expresidenta alemana Angela Merkel se defendió de las críticas que la acusan de ser responsable de la invasión rusa de Ucrania y de la crisis geopolítica actual. Según Merkel, muchos la han convertido en un “chivo expiatorio” por la postura adoptada durante la cumbre de la OTAN de 2008, cuando bloqueó la posibilidad de que Ucrania ingresara al Plan de Acción de Membresía (MAP), un paso clave para su adhesión a la Alianza Atlántica. A lo largo de la entrevista, Merkel se mostró firme al afirmar que las críticas sobre su actuación en ese entonces son injustas y que no se puede culpar a Alemania por los actuales conflictos en Ucrania.
Merkel fue interpelada sobre si sentía que la guerra en Ucrania se le atribuía a ella debido a su postura en la cumbre de la OTAN en 2008. A esta pregunta respondió de manera tajante: “No es solo una sensación; es la verdad”. La ex canciller relató cómo, tras la masacre en Bucha en 2022, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky le pidió, junto con el expresidente francés Nicolas Sarkozy, que visitaran la ciudad para rendir homenaje a las víctimas, lo que según Merkel implicaba que su decisión en 2008 fue responsable de la tragedia. Aunque destacó que admiraba la valentía de Zelensky y su determinación frente a la invasión rusa, Merkel aclaró que no estaba de acuerdo con la forma en que él y otros dirigentes ucranianos interpretaban su postura en Bucharest.
En ese contexto, Merkel explicó que su advertencia de 2008 sobre el peligro de Rusia bajo el liderazgo de Vladimir Putin fue acertada. Recordó que en esa cumbre, le había dicho a sus colegas que Putin consideraba la desintegración de la Unión Soviética como “la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX”. Para Putin, la caída de la URSS había creado una amenaza existencial para Rusia, lo que lo llevó a intentar mantener bajo control a las antiguas repúblicas soviéticas, incluso generando conflictos en estos territorios. Merkel destacó que este análisis se validó poco después, con la invasión de Georgia por parte de Rusia en 2008, un acto que, según ella, mostró las verdaderas intenciones de Putin.
Ante la pregunta de por qué, siendo consciente de lo que Putin era capaz de hacer, no adoptó una postura más firme, Merkel subrayó que su enfoque fue tratar de resolver los conflictos con Rusia de manera pacífica, aunque también se enfocó en fortalecer la disuasión. Citó como ejemplo la cumbre de la OTAN de 2014 en Gales, donde se acordó que los países miembros aumentaran su gasto en defensa al 2% del PIB, una meta que, según ella, se implementó de forma más lenta de lo esperado.
Merkel defendió la decisión de asegurar el suministro de gas ruso a Alemania durante su mandato, señalando que esta política formaba parte de una estrategia económica a largo plazo para proteger la industria alemana, que depende del gas barato para mantener su competitividad. Explicó que, en su momento, países como Ucrania y Polonia no se oponían al paso del gas ruso a través de sus territorios y que, de hecho, recibían pagos por ello. En su opinión, la dependencia energética de Alemania no debería ser vista como una traición geopolítica, ya que muchos otros países seguían comprando gas a Rusia, y la Unión Europea aún recibe un 5% de sus importaciones de gas a través de Ucrania, a pesar de las críticas posteriores.
Merkel también abordó las críticas de que no había prevenido la agresión rusa, no había fortalecido las capacidades de defensa de Alemania, no había suministrado armas a Ucrania y no había logrado desvincular a Alemania de la dependencia del gas ruso. Al respecto, Merkel destacó que muchos de los puntos clave que se olvidan hoy en día, como el hecho de que Polonia y Ucrania se beneficiaron del tránsito de gas ruso, son ignorados en los debates actuales.
La exlíder alemana expresó también que las consecuencias económicas de la dependencia energética de Rusia para Alemania ya se están materializando. Con la economía alemana en recesión, con un PIB que se contrajo un 0,3% en 2023 y con perspectivas de seguir cayendo en 2024, Merkel señaló que su advertencia sobre los efectos de los altos precios de la energía para la industria alemana se ha cumplido. En este sentido, lamentó que sus sucesores, como el actual canciller Olaf Scholz, no hayan sabido gestionar las secuelas de su política energética.
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El gas ruso: un símbolo de las tensiones geopolíticas
Merkel también habló sobre la construcción de los gasoductos Nord Stream, que fueron clave para la estrategia energética de Alemania. Según ella, la destrucción de estos gasoductos en 2022 no solo fue un ataque a la infraestructura energética, sino un acto de guerra económica. Este sabotaje dejó a Alemania dependiente del costoso gas licuado de Estados Unidos (LNG), lo que, a su juicio, solo incrementó la dependencia de Alemania de las directrices de Washington.
Al mismo tiempo, Merkel defendió los acuerdos de Minsk, a pesar de las críticas recibidas por su fracaso. Reconoció que dichos acuerdos no eran una solución a largo plazo, sino una manera de ganar tiempo para que Ucrania pudiera armarse frente a Rusia. Este enfoque, en su opinión, fue una estrategia necesaria en ese momento, aunque no fue suficiente para evitar la invasión de Ucrania.
En la entrevista, Merkel afirmó que Vladimir Putin, al comienzo de su presidencia, no tenía intención de atacar a Ucrania y que su plan fue tomando forma gradualmente a lo largo de los años, en parte debido al comportamiento de Occidente.
Merkel y Donald Trump: reflexiones sobre el liderazgo global
En la entrevista, Merkel también se refirió a su relación con el expresidente estadounidense Donald Trump, quien, según ella, fue un desafío para el orden multilateral global. Recordó con amargura cómo, durante su mandato, las relaciones entre Alemania y Estados Unidos se tensaron significativamente. Relató un momento incómodo cuando, en 2017, intentó conseguir un apretón de manos de Trump frente a los fotógrafos, pero él lo rechazó, lo que Merkel interpretó como un acto calculado.
Merkel explicó que Trump veía cada encuentro como una competencia y que su estilo de liderazgo se centraba en buscar siempre ventajas para él mismo y debilitar a los demás. A pesar de la difícil relación, la ex canciller expresó que sentía “tristeza” por el regreso de Trump al poder en Estados Unidos, comparándolo con la derrota de Hillary Clinton en 2016, que también lamentó.
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