De policía a asesino serial: asesinó, desmembró y atacó a mujeres

LIMA, PERÚ.- La conmoción sacude a todo Perú tras los crímenes perpetrados por Darwin Condori, un policía de 25 años que utilizó su posición de autoridad para cometer abusos sexuales y, finalmente, el feminicidio de Sheyla Cóndor. Este caso ha desatado indignación por la aparente complicidad e inacción de las instituciones encargadas de garantizar justicia.

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El macabro hallazgo en Comas

El miércoles 13 de noviembre, Sheyla Cóndor desapareció tras una cita con Condori en su departamento, ubicado en el condominio Las Praderas en Comas, Lima. Dos días después, su madre denunció su desaparición, señalando al policía como principal sospechoso y aportando evidencia de suma relevancia: mensajes de WhatsApp con la ubicación del lugar. Sin embargo, las autoridades aceptaron la denuncia hasta el viernes 15.

El sábado, los restos desmembrados de la joven de 26 años fueron encontrados en una maleta dentro del departamento del suboficial. La noticia sacudió al país, revelando una serie de antecedentes que cuestionan el rol de la Policía Nacional del Perú (PNP) en la protección de las víctimas.

Un patrón de abuso encubierto

Meses antes del feminicidio, Condori había sido señalado por agredir sexualmente a otras cuatro mujeres. Según testimonios, el policía operaba con meticulosa planificación: contactaba a sus víctimas por redes sociales, las invitaba a su departamento y las drogaba tras ganar su confianza. Una vez inconscientes, perpetraba los ataques.

Un caso relevante ocurrió el 28 de enero de 2023, cuando tres jóvenes visitaron su departamento. En esa ocasión, junto con otros dos suboficiales de la PNP, Jerry Albornoz y Jony Aylas, doparon y agredieron sexualmente a las mujeres. Aunque las víctimas denunciaron los hechos y Condori fue detenido por 15 días, las sanciones fueron mínimas: una suspensión de seis meses para él y ninguna acción contra sus cómplices, quienes continuaron en servicio activo.

Falta de justicia para las víctimas

El sistema judicial peruano también ha quedado en entredicho. A pesar de las pruebas y los testimonios, las víctimas enfrentan obstáculos para obtener justicia. Una de ellas relató:

La fiscal nos da a entender que el caso se puede caer porque faltan pruebas. ¿Qué querían, encontrarnos muertas a las tres?”

Este sentimiento de frustración ha sido compartido por organizaciones feministas como Manuela Ramos, que denuncian la falta de acción y sensibilidad de las autoridades.

El desenlace de un feminicida

Tras días de búsqueda, Darwin Condori fue hallado muerto el martes en un hotel del distrito de San Juan de Lurigancho. Según el coronel Ricardo Espinoza, jefe de la División de Investigación de Homicidios, el suboficial se quitó la vida, dejando una carta para sus familiares. En vida, Condori había dejado pistas de sus intenciones a través de publicaciones en TikTok, donde escribió frases como:

Aprendamos a vivir con las decisiones que tomemos”

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El clamor por un cambio

La indignación no solo se centra en los crímenes, sino también en la falta de medidas preventivas por parte de las autoridades. Las comisarías de Comas y Santa Anita han sido señaladas por su respuesta tardía y negligente. Mientras tanto, colectivos feministas y ciudadanos exigen reformas profundas en la PNP y el sistema judicial, asegurando que casos como este no se repitan.