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Desplazados libaneses regresan a sus hogares mientras la frágil tregua se mantiene

A pesar de la tregua, muchas familias libanesas decidieron regresar a sus hogares en el sur del Líbano, motivados por la esperanza y el deseo de honrar a sus mártires, mientras la situación sigue siendo incierta y la paz sigue siendo frágil.

LÍBANO. — En las primeras horas del alto el fuego entre Israel y Hezbolá, cientos de familias libanesas comenzaron a regresar a sus hogares en el sur del Líbano, luego de haber sido desplazadas por más de un año de conflicto. Armados con lo que pudieron llevarse, como ropa, mantas y colchones, muchas de estas personas decidieron no esperar a ver si la tregua se mantenía y comenzaron su viaje de vuelta.

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El regreso, sin embargo, no estuvo exento de incertidumbre. Algunos portaban la bandera amarilla y verde de Hezbolá o carteles con imágenes del exlíder del grupo, Hassan Nasrallah, quien falleció en un ataque aéreo israelí hace dos meses. Para muchos de los regresados, este momento significó más que simplemente volver a su hogar: era una victoria para la resistencia.

La resistencia como símbolo de esperanza

Abu Ali, un hombre que viajaba con su familia hacia la aldea de Houla, expresó su gratitud por el alto el fuego, calificándolo como una victoria para la resistencia.

Que Dios tenga piedad de nuestros mártires. La resistencia es para nosotros un motivo de honor y orgullo. Sin ella no habría patria, ni sur, ni nada,

—  comentó mientras continuaba su viaje hacia la frontera,

a pesar de la incertidumbre sobre el estado de su hogar.

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Aunque las autoridades israelíes y libanesas advirtieron sobre los riesgos de regresar, el impulso de las familias fue más fuerte. Algunos mencionaron que el regreso era una forma de honrar a Nasrallah, y aunque no sabían si sus casas seguían en pie o si habían sido destruidas, el deseo de volver era mayor que los temores, según BBC.

Un alto el fuego bajo vigilancia

El alto el fuego, que tiene una duración de 60 días, implica la retirada gradual del ejército israelí y de los combatientes de Hezbolá del sur del Líbano, aunque ambas partes han expresado su disposición a responder a cualquier violación del acuerdo. El ejército libanés también ha incrementado su presencia en la región, desplegando 5,000 soldados adicionales.

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En este contexto, más de un millón de personas fueron desplazadas a lo largo del conflicto, principalmente de las zonas musulmanas chiítas del sur, del valle oriental de Bekka y de Dahieh en Beirut. Estos desplazamientos se debieron a la influencia de Hezbolá, un grupo armado y político que controla gran parte del sur del Líbano.

La incertidumbre persiste para el Líbano

A pesar de los signos de esperanza representados por el alto el fuego, la situación sigue siendo frágil. La guerra ha devastado el Líbano, y su recuperación será larga y difícil. La tregua, aunque significativa, no garantiza la paz duradera, y Hezbolá, aunque disminuido, sigue siendo un actor de gran poder y apoyo dentro del país. Para el Líbano, este alto el fuego no marca el fin de la crisis, sino solo un respiro en un conflicto aún no resuelto.

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