Víctimas del horror sirio: familias buscan respuestas entre los cadáveres de la dictadura de Assad
Familias sirias buscan respuestas entre los cuerpos torturados que muestran la brutalidad del régimen de Assad, mientras enfrentan años de desesperación por sus desaparecidos.
SIRIA. — El dolor de las familias que esperan respuestas frente a la morgue del Hospital Mujtahid en Damasco refleja la brutalidad del régimen de Bashar al-Assad. Los cuerpos golpeados y magullados son evidencia de la represión, mientras los seres queridos, detenidos por el régimen, permanecen desaparecidos tras años de incertidumbre, según CNN.
La espera de un rostro conocido entre los muertos
En medio del sufrimiento, las familias se aferran a la esperanza de encontrar alguna respuesta.
¿Dónde están?,
— suplica una mujer con la voz quebrada.
Mi madre, que lleva 14 años desaparecida, ¿Dónde está? ¿Dónde está mi hermano, dónde está mi marido?
Las preguntas se repiten en la morgue, donde los cuerpos, encontrados en un hospital militar en los días posteriores a la caída del régimen, son identificados solo por un número. Un hombre señala las ropas desgarradas de uno de los cadáveres y sugiere que podría haber sido un prisionero de la famosa prisión de Saydnaya, conocida por sus prácticas de tortura y muerte.
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El espacio dentro de la morgue es limitado, y las familias deben hacer uso de una zona improvisada fuera del edificio, iluminada por las luces de los teléfonos móviles. Con ojos llenos de desesperación, las personas buscan entre los cadáveres, tratando de reconocer algún rasgo familiar. Lo que encuentran no son solo huellas de tortura, sino también la realidad más cruel del régimen que los llevó al sufrimiento.
El doloroso testimonio de quienes vieron la tortura
El doctor Ahmed Abdullah, quien trabaja en la morgue, no duda en señalar al régimen de Assad como responsable de las horribles marcas en los cuerpos.
Este es el crimen del régimen: la forma en que torturan a la gente,
— dijo a CNN.
Incluso en la Edad Media, no torturaban a la gente de esta manera.
Las víctimas, muchas de las cuales fueron torturadas antes de morir, son testimonio de la brutalidad de un gobierno que, en sus últimos días, dejó tras de sí una estela de terror.
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En la morgue, el dolor de las familias se mezcla con el grito de justicia. Un hombre, cuya hija fue secuestrada por las fuerzas del régimen hace años, exige venganza:
Pido a Alá que lo queme, a él y a sus hijos. Espero que arda como quemó mi corazón,
— exclama entre lágrimas, señalando al derrocado presidente y sus secuaces.
La verdad oculta en archivos y fosas comunes
El gobierno de Assad fue conocido por mantener registros meticulosos de sus víctimas. En 2014, un desertor que trabajó como fotógrafo en la policía militar siria logró sacar de contrabando cerca de 27,000 imágenes de cuerpos torturados, tomadas en hospitales militares. Estos cuerpos mostraban signos evidentes de inanición, palizas y estrangulamiento, y se cree que muchos de ellos fueron trasladados desde prisiones como Saydnaya.
Además, los archivos de la inteligencia militar siria, conocidos como la “rama palestina”, siguen siendo una fuente crucial de evidencia. Muchos de estos documentos fueron destruidos, pero los investigadores ahora tienen acceso a los restos de los registros y las fosas comunes donde se enterraron a decenas de miles de personas.
El informe de la ONU sobre las prácticas del régimen sirio documenta abusos atroces, incluyendo palizas, torturas sexuales y asesinatos masivos en prisiones. En Saydnaya, se estima que hasta 50 personas al día eran ejecutadas, y el Departamento de Estado de Estados Unidos incluso reveló la construcción de un crematorio para ocultar las pruebas de los asesinatos.
El futuro de las investigaciones y la esperanza de justicia
Ahora, con los archivos oficiales a su disposición, los investigadores y las familias de las víctimas esperan finalmente obtener respuestas sobre lo que ocurrió en las prisiones de Assad. Las inscripciones en las paredes de las celdas subterráneas, hechas por los propios detenidos, ofrecen pistas de lo que sucedió en aquellos oscuros lugares. Las familias de las víctimas, después de años de sufrimiento, mantienen la esperanza de que la verdad emerja, y con ella, una posible justicia.
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