“Brain Rot” (Cerebro podrido) fue uno de los términos más importantes del 2024, según Universidad de Oxford

México.- Desde hace dos décadas, Oxford Languages realiza la elección del término más representativo del año. Especialistas en lexicografía analizan tendencias lingüísticas y seleccionan palabras con relevancia cultural. En 2024, tras una votación con más de 37.000 participantes, el término “brain rot” (traducido como “podredumbre de cerebro”) fue elegido como la palabra del año.

Según el diccionario de Oxford, este concepto alude al deterioro mental debido al consumo excesivo de contenido trivial, especialmente en línea. Su frecuencia de uso aumentó un 230% en los últimos dos años, impulsada por su popularidad en redes como TikTok.

El término tiene raíces en el siglo XIX, con su primer registro en el libro Walden de Henry David Thoreau en 1854. Sin embargo, en la era digital actual, “brain rot” adquirió un nuevo significado, destacando el impacto negativo del consumo desmedido de Contenido breve y rápido, especialmente en niños y adolescentes.

Riesgos para las nuevas generaciones

Expertos como Roberto Balaguer y Karina Cittadino señalan que las redes sociales “hackean” el cerebro, desactivando mecanismos de autorregulación. Según Balaguer, esta manipulación busca generar un “engagement permanente”, favoreciendo la “economía de la atención”. Por su parte, Cittadino compara este fenómeno con el consumo de comida chatarra, advirtiendo que afecta la formación cerebral en etapas críticas.

Ambos expertos destacan que los padres son responsables de regular el uso de dispositivos en sus hijos. Sin embargo, Balaguer subraya que estamos ante una generación de niños cuyos padres también enfrentan problemas de dependencia tecnológica, lo que dificulta establecer límites claros.

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Propuestas y desafíos

Cittadino aboga por formar a los niños como “usuarios críticos” de la tecnología en lugar de prohibirla. Además, señala la falta de políticas gubernamentales que eduquen sobre los riesgos del consumo digital, comparándolo con las campañas preventivas sobre drogas y alcohol.

En el ámbito educativo, Balaguer sugiere utilizar la tecnología como herramienta pedagógica, siempre que no interfiera con la interacción social y el aprendizaje colaborativo. Considere que, aunque la tecnología ofrece beneficios potenciales, debe usarse con un propósito claro y regulado.