Papa Francisco denuncia la persistencia del trabajo infantil en la era de la inteligencia artificial y las exploraciones espaciales

Ciudad Del Vaticano.- El papa Francisco lamentó hoy, durante la audiencia general, que en un mundo capaz de “crear inteligencia artificial (IA) y proyectar existencias multiplanetarias” persista el flagelo del trabajo infantil y que los niños sigan siendo explotados por una economía que “no respeta la vida”. Esto según información de la agencia EFE.

“Hoy sabemos proyectarnos hacia Marte o hacia los mundos virtuales, pero fatigamos al ver en los ojos de un niño que ha sido dejado al margen, explotado y abusado”, afirmó Francisco. Además, destacó que el siglo que crea inteligencia artificial no ha logrado atender la “llaga de la infancia humillada, explotada y herida mortalmente”.

En el aula Pablo VI del Vaticano, ante miles de fieles, el pontífice dedicó su catequesis a la infancia y expresó que, incluso hoy, muchos niños se ven obligados a trabajar. “Un niño que no sonríe y no sueña no podrá conocer ni hacer germinar sus talentos”, advirtió.

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El papa Francisco denunció que en todo el mundo los niños son explotados por una economía que “quema nuestro mayor depósito de esperanza y amor”. Sin embargo, recordó que los niños ocupan un lugar especial en el corazón de Dios.

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Daño a los niños

“Cualquiera que haga daño a un niño tendrá que rendir cuentas ante Él”, aseguró el pontífice, y añadió que los discípulos de Jesucristo no deben permitir que los niños sean descuidos, abusados, o privados de sus derechos.

Asimismo, subrayó que los cristianos tienen el deber de prevenir diligentemente y condenar firmemente cualquier forma de violencia o abuso de menores.

“Queridos hermanos y hermanas, quienes reconocen a Dios no pueden permanecer indiferentes. No podemos aceptar que los niños, en lugar de ser amados y protegidos, sean despojados de su infancia, de sus sueños, víctimas de la explotación y la marginación”, instó el papa Francisco.

Finalmente, concluyó con un llamado: “Pidamos al Señor que abra nuestra mente y nuestro corazón al cuidado y la ternura, y que cada niño y niña del mundo pueda crecer en edad, sabiduría y gracia, recibiendo y dando amor”.