Mercado inmobiliario se encarece en Los Angeles a causa de incendios
“Es obsceno”, afirmó Lieberman a la AFP, tras descubrir que una casa en Venice, originalmente ofertada en 17,000 dólares al mes, ahora exige 30 mil dólares en efectivo.
California, Estados Unidos.- Cinco días después de escapar del incendio que arrasó su vecindario en Pacific Palisades, Maya Lieberman, una estilista de 50 años, enfrenta no solo el impacto emocional, sino también los abusos de algunos propietarios que han incrementado drásticamente los precios de los alquileres en medio de la emergencia.
“Es obsceno”, afirmó Lieberman a la AFP, tras descubrir que una casa en Venice, originalmente ofertada en 17 mil dólares al mes, ahora exige 30 mil dólares en efectivo.
Impacto de los incendios
El incendio de Palisades ha dejado a más de 150 mil familias desplazadas y consumido cientos de hogares, incluyendo propiedades de celebridades como Eugene Levy y Paris Hilton.
Mientras algunas víctimas buscan reconstruir sus vidas, otras enfrentan un mercado inmobiliario que parece estar diseñado para beneficiarse de su desesperación.
“Es una completa locura”, dijo Lieberman, quien, aunque se refugió en un hotel en Santa Mónica y su casa logró sobrevivir, expresó preocupación por quienes tienen menos recursos: “Con el mercado así, algunos no tendrán a dónde ir”.
Abusos en los precios y respuesta legal
El fiscal general de California, Rob Bonta, advirtió que inflar artificialmente los precios de alquiler y hospedaje durante un estado de emergencia es un crimen. La ley estatal permite un aumento máximo del 10% en precios tras la declaración de emergencia, y quienes incumplan enfrentan hasta un año de cárcel y multas de 10 mil dólares.
Bonta también pidió a plataformas de alquiler, que usan algoritmos para ajustar precios según la demanda, que respeten la normativa: “Deben encontrar la manera de ajustar sus precios de acuerdo con la ley, y si eso significa abandonar su algoritmo, háganlo”.
Realidad desigual
Aunque Pacific Palisades es conocido como un vecindario de élite, Lieberman destacó que no todos sus habitantes son millonarios. En un centro de evacuación cercano, Brian, un jubilado de 69 años, duerme en su auto tras haber huido de su apartamento.
“Era divertido dormir en mi carro cuando era joven. Pero a mi edad, es más difícil”, confesó Brian, quien ahora enfrenta un mercado inmobiliario que ha duplicado los precios en la última década. Considera mudarse a zonas más económicas como Sherman Oaks o Studio City, aunque estas también son vulnerables a los incendios.
“Estoy de vuelta al mercado con decenas de miles de personas. No pinta bien”, admitió Brian, enfrentando la dura realidad de “valerse por sí mismo” en un entorno cada vez más hostil.
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