El presidente surcoreano Yoon Suk Yeol se niega a declarar nuevamente en medio de la investigación por abuso de poder

COREA DEL SUR. — El presidente surcoreano Yoon Suk Yeol continúa evitando el interrogatorio de las autoridades que investigan su declaración de ley marcial en diciembre. El mandatario, que enfrenta acusaciones de abuso de poder e insurrección, rechazó este lunes ser interrogado por la Oficina para la Investigación de Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO). Esta es la segunda vez que Yoon Suk Yeol se niega a ser interrogado desde que un tribunal extendió su orden de detención el pasado domingo.

Segunda negativa del presidente surcoreano

A pesar de haber sido citado para las 10:00 horas locales, Yoon Suk Yeol no se presentó a la cita en la que debía declarar sobre su declaración de ley marcial del 3 de diciembre. Los abogados del presidente, destituido por el Parlamento el 14 de diciembre, argumentaron que sería “difícil” que Yoon Suk Yeol acudiera a la citación debido a sus circunstancias legales.

Esta negativa se produce un día después de que el mandatario tampoco compareciera ante la CIO, que lo citó varias horas después de la prolongación de su arresto, decisión que fue tomada por un tribunal surcoreano. En el único interrogatorio al que Yoon Suk Yeol asistió, el pasado miércoles, el presidente se negó a responder a las preguntas de los investigadores.

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Posibles medidas coercitivas ante la negativa del presidente

Si Yoon Suk Yeol sigue negándose a ser interrogado, la CIO podría considerar la opción de una comparecencia forzosa o llevar a cabo una visita al centro de detención de Uiwang, donde se encuentra bajo arresto, para interrogarlo allí mismo. Con la prórroga de su detención, el mandatario puede ser retenido hasta por 20 días, lo que incluye el tiempo ya transcurrido desde su arresto el 15 de enero.

Un contexto político tenso en medio de disturbios

Yoon Suk Yeol es el primer presidente surcoreano detenido mientras está en el cargo. La controversia sobre su declaración de ley marcial, a la que defiende como un “acto de gobernanza”, ha exacerbado la situación política en el país. En su defensa, Yoon Suk Yeol asegura que el estado de excepción fue una medida para advertir a la oposición, a la que acusa de actividades “antiestatales” en el Parlamento.

Mientras tanto, el Tribunal Constitucional de Corea del Sur lleva adelante un juicio político para decidir si ratifica la destitución de Yoon Suk Yeol o le permite recuperar su cargo antes de mediados de junio.

La detención del presidente ha desatado protestas a gran escala, con hasta 44.000 simpatizantes congregándose el fin de semana. Los disturbios en Seúl, que incluyeron enfrentamientos violentos con la policía, resultaron en la detención de 86 personas, entre ellas 45 que irrumpieron en el tribunal del Distrito Oeste de Seúl, lo que generó escenas que evocaron el asalto al Capitolio de Washington en 2021.