Hombre usó un martillo para matar a su esposa: “No estábamos discutiendo, simplemente me volví loco”
Cuando los oficiales llegaron a la residencia, encontraron a Mary en un dormitorio trasero.
INDIANÁPOLIS.- Terry Ogle, de 79 años, enfrenta un cargo de asesinato tras confesar haber matado a su esposa, Mary Ogle, de 76 años, con un martillo.
El viernes 17 de enero, alrededor de la 1 de la tarde, Ogle llamó al 911 y, según la declaración jurada, declaró: “Golpeé a mi esposa hasta matarla, según People.
Su confesión dejó en shock no solo a las autoridades, sino también a quienes conocían a la pareja, descrita por los vecinos como amable y cercana.
Los momentos previos al hallazgo
Durante la llamada al 911, Ogle, un exdirector de escuela secundaria, explicó al operador:
“Es una larga historia, he estado deprimido por un tiempo”.
Alegó que sospechaba que Mary, una exmaestra, estaba teniendo una aventura, lo que, según él, lo llevó a “perder la cabeza”.
Al preguntarle si deseaba realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), Ogle respondió con frialdad: “Es demasiado tarde”.
Cuando los oficiales llegaron a la residencia, encontraron a Mary en un dormitorio trasero, acostada boca arriba y con signos evidentes de traumatismo en la cabeza.
La escena presentaba rastros de sangre en varias áreas de la casa, incluidos un sillón reclinable, las paredes, el pasillo, las escaleras y el fregadero de la cocina.
Evidencias y detalles del caso
Dentro de la vivienda, las autoridades hallaron dos martillos, varios cuchillos, ropa ensangrentada, una toalla y recortes de alfombra que, junto con otras pruebas, forman parte de la investigación en curso.
Terry Ogle fue trasladado a un hospital debido a una laceración autoinfligida en la muñeca y problemas de presión arterial alta.
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Lo mantienen bajo custodia mientras se espera su comparecencia en el tribunal el próximo 11 de marzo. Su abogado ha declinado hacer comentarios sobre el caso.
Un vecindario incrédulo
El vecino Robert Smith, quien interactuaba con la pareja regularmente, expresó su asombro por los hechos.
“Caminaban por todo el vecindario tomados de la mano, hablando entre ellos. Se detenían y hablaban conmigo de vez en cuando. Eran buenas personas”, afirmó Smith. “Nunca pensé que algo así pudiera pasar por aquí”.